Mi querida pequeña:
Los dolores que soporto día a día son cada vez peores. Pero tengo una razon para despertar cada día, eres mi consuelo para este mar de sufrimiento. Tu sola sonrisa me hace dar más ansias por vivir. Se que el destino quiso que nos conocieramos en esa fiesta, para entonces ya sabía de mi cáncer y sabía que no tendría cura. Esa era la razón de la vida desenfrenada que llevaba... mi muerte. Fiestas, amigos, mujeres y alcohol eran mi día a día y yo creía que vivía hasta que te conocí y me demostraste que que no estaba viviendo realmente. Tú me enseñaste lo que es vivir, vivir es amar desde lo más profundo de tu ser, ser amado de tal manera y amar tanto que ni el tiempo ni la muerte pueda separarnos. Así es nuestro amor, más intenso que el sol, mas bello que la vida, más profundo que el mar y más delicado que una rosa; así es nuestro amor.Me has enseñado tanto y me has amado tanto que ahora no le temo a mi muerte, que se aproxima cada vez más. Sólo temo el no poder volver a verte, no poder escuchar tu voz, no sentir tus labios junto a los míos, no volver a ver tu sonrisa que alegra mi día... no poder volver a decirte cuánto te amo.
Lazaro