Desde mis ojos brota un río de palabras,
árboles de verde follaje en un planeta sin hombres,
miles de árboles cubriéndolo todo.
Mi boca desemboca a mis manos
y mis manos no son más que obreros,
obreros dedicados a la manufactura
de música,
gritos de sólida oscuridad sola
y reclamos,
reclamos al cielo que se olvidó de mi lengua,
mi lengua que solo saborea lo amargo,
y que TERRIBLE es haber probado alguna vez
lo salado y especial de otra lengua,
y que desesperante el haber probado,
y que asfixiante el haber probado lo dulce y hostigante de la flor.
Y ahora, no tener más que un amargo eterno en la lengua,
ahora sólo sé que en algunos lugares del infinito
hay un aroma soportable
que tengo que buscar entre
aromas de mierda, vómitos, cadáveres, etc.
aromas supurados de infierno.
Hay que corres para soportar
el hedor global que pudre las narices.
Y la intuición,
corazonada,
el saber,
la inteligencia,
la esencia
el alma
la inspiración:
LA CONCIENCIA
la conciencia será sepultada
junto con mi cuerpo
como un tesoro
en un cofre de madera
hasta que se pudra
por los siglos de los siglos
Amén
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