Camino por helado asfalto, en un mar anaranjado antiguo. En el trayecto sueño caerme y que el suelo me haga parte de el. Como todos dicen morir. Fallecer en una esquina para sentir los miles de caminantes desenfrenados, sentir sus latidos, sus vidas... Vagar iluminado en la oscuridad por las luciérnagas tricolores o, casi siempre, multicolores y en el día absorber la sombra de los gigantes espectadores. Charlar con los oscuros antipoetas, vigías de la esperanzadas selvas, para reirnos de lo estúpidas que son las palomas...

Camino por cantaros, petalos de durazno, por desiertos, asfaltos...