Esta inquietud, hace unos días me viene de nuevo. Por suerte se me pasa, vaya a saber, uno ve a la calesita, siempre la misma vuelta. Desde chico no me atraía, me mareaba. Si me pongo a pensar en lo que pienso, también me mareo y estoy con la presión controlada. No, no es por eso el vahído, con un poco de depresión hace un cóctel peligroso y se vino por esto: pensar. Dejaré de hacerlo en negativo sobre lo inevitable; en cambio lo pongo en positivo y razono desde el primer día de clase, la viví con zozobra, esa curiosidad por llegar, ver a los compañeros, a la maestra, a los pocos días, familiarizado, ya nadaba como pez en el agua, más adelante, la primera fiesta, ansioso, medio perdido, después sencillo, hablé con las muchachas sin problemas. El primer beso, la descarga de esa impresión bellísima pasó luego a una rutina, bueno, más o menos, no siempre pero esa primera sensación resultó impagable. El amor, la primera noche, el noviazgo siempre esperando algo inusual, la luna de miel, ¡por Dios!, ¿qué será eso? Cuanta hermosura. Y así seguimos con casi todo, cumplido. Casi… falta eso, pero si la naturaleza nos ha guiado más o menos y nada al final nos ha sorprendido, digo ¿Tanta preocupación? Experiencias, eruditos, atormentados pensadores lucubrando. Menos alboroto, LSD para ver lo transvida, lo después. Querer llegar antes de tiempo a todo. Si al final llegará con sencillez. Es bueno pensar un poco, pero un poco y después respirar el perfume de alguna flor. La hago fácil, no, en realidad la vida me ha hecho así, no le escabullo, no tiemblo, una pequeña dosis de curiosidad y sin duda, miedo. ¿Qué es el miedo? Lo que no conocemos. Similar al qué siempre tuvimos cuando entramos a lo desconocid. En cambio, creo a fuer de optimista, será en soledad, el gran silencio y previamente el suspiro en el cual sabremos, de qué se trata la eternidad.

Dejo para cada uno el tránsito qué le tocó vivir y el que aún le falta. Esta reflexión es la de un hombre más cercano a esa etapa final . Y no es falta de optimismo, lo mantengo firme, pero talvez alguno que me lea, hará un pequeño paréntesis a sus inquietudes, y valorará a lo demás por lo que es, y recordará el “inevitable desprendimiento”. Cuando se escribe sobre la materia, en muchos casos, lo hacen razonándolo como Acto de Fe, o complicados oscurismos esotéricos. Lo mío, este pequeño escrito es como pienso, siguiendo a la naturaleza que recién la estoy contemplando y me da las respuestas que más me convencen.