Mira Carmen no tenemos otra forma, por mas que le hago la “lucha” no nos alcanza, así que ya hable con el compadre para que los cuide y mañana me voy para el otro lado.

---Pero son tantos peligros, mejor nos aguantamos un poquito mas, Dios es grande.

Hay veces que creo que Dios se olvida de nosotros.

---No digas tonterías Roberto, contestó en forma angustiada Carmen a su marido. Que estaba decidido irse en forma ilegal hacia los Estados Unidos.

…….
……..

Mira solo tienen que caminar rápido en cuanto crucemos el río, recomendaba el “pollero” a mas de 20 gentes que estaban listos para pasar hacia la tierra de las ilusiones y en donde según creían, las cosas serían muy fáciles.

El río se veía tranquilo, cruzarlo y ya, pensó Roberto, olvidando en ese momento todas las penurias que había pasado desde que abandono la tierra que lo vio nacer.

Empezó a caminar dentro de las tranquilas aguas y le llegaban apenas a cubrir la cintura, una joven mujer caminaba delante de él, pese que era un poco mas baja de estatura el agua no impedía que avanzara en forma constante.

Sin embargo en forma brusca, desapareció de la vista de Roberto, él se acerco hacia el lugar donde por ultima vez la viera y al llegar, inútilmente metió la cara al río, pero nada, le hizo señas en forma angustiosa, al “pollero” que los guiaba, el tipo se acerco con cara de disgusto y le dijo en forma brusca.

--¿Qué quieres? les dije que no hicieran ruido.

La mujer, la mujer repetía en forma mecánica Roberto, la mujer ¡desapareció aquí!

--Se hundió ó ¿qué? Preguntó el pollero

No sé, solo desapareció dijo el consternado Roberto.

--- Tú apurarte, yo la busco, camina le exigió el hombre a Roberto, cuando vio que titubeaba.

Roberto camino y cuando volteo hacia el lugar donde se quedara el pollero, vio que el se regresaba hacia la orilla donde habían partido.

Caminaba, luchaba contra las cada vez mas hostiles corrientes, en momentos sentía que nunca los vencería, pero tocaba el fondo y lograba avanzar un poco mas, pero la orilla se veía tan lejana, pensó en esos momentos en Carmen su esposa, su pequeño hijo, no los podría dejar solos, las piernas se ponían rígidas por el esfuerzo, un paso, otro, el agua casi lo cubría, estaba a punto de ser vencido por esas traicioneras aguas, pero sentir el fondo y avanzar rápidamente fue una sola cosa, nacida de la desesperación y angustia que estaba sintiendo, hasta que por fin, logró tomar una rama y hierbas de la otra orilla y con gran esfuerzo salir de esas engañosamente tranquilas aguas.

--¿Terminaste tan pronto de cruzar el embarque? Preguntaba en la cantina un pollero “veterano” al muchacho nuevo en ese negocio tan productivo de “guiar” ilegales hacia la tierra de las oportunidades.

--Los deje a la mitad del río, se adelantaron los rápidos de tiempo de aguas y una vieja se la “jalo” el río y los demás, pues sepa Dios, yo no quiero problemas y me regrese.

---Pues, ¿por donde lo cruzaste?

---En piedra negra, fue la escueta contestación.

---Pero si serás bruto, ahí siempre hay remolinos.

---Nadie me había dicho eso.

---¿Pero al menos ya te habían pagado?

--- Si

---Bueno al menos no perdiste nada, no eres tan péndejo y apuro un gran trago de su cerveza helada, dando por terminada la ocasional y banal platica.



No es la historia de Roberto la que contamos, pues al menos sabíamos de él, que tiene a Carmen, su esposa, de su pequeño hijo y que por las injustas condiciones de vida, había tomado esa difícil decisión.

Esta historia, se refiere a la mujer, que no sabemos su nombre, tampoco por que estaba ahí y menos el final que tuvo, no sabemos si murió ahogada, si se salvo, en fin no se puede poner un final a la historia, por eso considero que es absurdo este final.

Sin embargo, yo reflexiono, si este torpe final y las cientos de preguntas que no contesta, ¿no serán reales? al pensar de cientos o tal vez miles de compatriotas mexicanos y algunos hermanos centroamericanos que simplemente desaparecen y esas preguntas que yo no contestó; ¿No serán hechas por los seres queridos de los desaparecidos?

En homenaje a todos aquellos que luchan en un país entraño, en donde valen exactamente por lo que producen, en donde se cazados como bestias y algunos,¡ tan pocos! Logran salir adelante.

Dios tenga piedad, no por ellos, sino los que han provocado en forma directa o indirecta este infierno en la tierra.

Piedad, piedad por los que se aprovechan y lucran “ayudándolos” a pasar, piedad por esos gobernantes que les importa mas tener la felicitación de el banco mundial, que la sonrisa de los que votaron por ellos, pero sobre todo señor, ten piedad en su momento por:

Por los que con nuestra indiferencia nos convertimos en cómplices