Del cielo al infierno,
Grandes masas de gente enferma se queman,
Arden en las nubes,
La sangre corre y cae como la lluvia esparcida por las murallas.
Ángeles sin alas y blancos caballos caen gritando.
Mujeres desnudas, hombres y ratas caminan por
Las calles buscando restos de corazones esparcidos
Por las veredas sucias de la vida.
Dios se llevo el gran corazón que quedaba para nosotros,
Escapo con muchas mujeres, con las mejores y
Nos dejo aquí tirados, abandonados,
Buscando lo que quedo de su última fiesta
De su ultima cena con sus seres amados,
Pocos son los que se quedaron con los restos
Y ya nadie quiere compartirlos,
Nadie quiere nada, solo quieren guardárselos y
Morir tranquilos,
Pero solos.
Mientras caen los ángeles del cielo
Como si fueran despedidos y mutiladas sus alas,
Ensangrentadas, sucias y hediondas.
Nosotros tratamos de huir hacia la nada,
Donde la nada nos acogerá y nos sanará,
Mejor que él, mejor que nosotros, mejor que nadie,
La nada.
Esparcida por las veredas sucias de la vida.
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