Comencé a escribir para no agonizar en silencio y es tu silencio el que me amenaza…

¿Quien soy? Si no que el reflejo de tus ojos grises… te vi y me fui bajando la cabeza para esquivar tus frías manos, manos que algún día tuve y ahora no quiero, tampoco las extraño por que no es cobardía sino sensatez, no es amor sino que pura poesía...

No son tus labios sino que la falta de ellos,
no es tu ausencia si no que la ausencia de ti,
no es tu pelo sino mis manos en el, no eres tu sino yo…
no es mi necesidad sino la necesidad de ti, no se vive de lo que fue sino de lo que pudimos hacer… y vuelvo de nuevo...

tu sonrisa enmudeció, tus ojos marchitaron y te hiciste viejo, viejo de alma, sin cáliz ni sentimiento, tu coraza te cubrió y el aire me llevó... hoy no miro atrás por miedo a convertirme en estatua de sal… te miro a ti y el reflejo de tus ojos grises