COMPAÑERO UNIVERSITARIO

Clase de Psicología Organizacional, uno de los ramos mas aburridos de mi carrera universitaria…

Y yo, como siempre, sentada en la última fila, en la silla del rincón izquierdo de la sala de clases… semi echada, con sueño, mirando el reloj de mi celular…

…Al paso de unos segundos se abrió la puerta y ahí entro mi compañero, el que siempre me acompaña en mis momentos de aburrimiento…

Caminando hacia mi me di cuenta que se venia algo distinto, como mas canchero… se sentó a mi lado, me miró y me saludó con un beso en la mejilla… me preguntó como estaba, yo le respondí que bien que solo tenia sueño y que estaba para variar aburrida, él se rió diciéndome – Que raro en ti!!!... yo solo lo miré y le dije – No opines al respecto que tú eres igualito.

La clase continuaba y sentía que él observaba fijamente cada movimiento que yo hacia, me tenia intrigada su conducta… así que decidí preguntarle sin voltear mi cara hacia él que me miraba tanto!!!... él, medio sonriente, acercó sus labios en mi oído y me dijo suave y muy despacio – ¿Alguna vez te dije que te encontraba hermosa?... Yo, no entendía nada, solo atiné a mirarlo con ojos de pregunta y soltando una carcajada le dije - ¿Qué te pasa?...

Él, simplemente sonrió y no me dijo nada...

Yo, continué atendiendo a la clase semi acostada en mi banco con la cabeza sobre puesta entre mis brazos cruzados…

Al pasar el tiempo, por un momento en que ya había logrado la atención de la clase, sentí el roce de una mano en mi espalda… no era por encima de la ropa, si no era por el espacio desnudo que quedaba al descubierto por la posición de mi cuerpo… ¡era la mano de él!… rozaba mi espalda suavemente provocándome cierto escalofríos, me gustaba… sentía ganas de mas… yo no decía nada, solo dejaba que la situación siguiera avanzando hasta el punto que se pudiera…

Él, silencioso, solo se sentía su agitada respiración…

Su mano, continuaba el ritmo sigiloso de las palabras de la profesora… se adentro en mi pantalón, y por un segundo recorrió mis caderas llegando hasta el botón de el… lo abrió, temerosamente bajo la cremallera y sus fríos dedos encontraron lo que quería…

Al cabo de unos segundos esos dedos pudieron presenciar el orgasmo universitario que jamás había sentido…

Fue loco, pero desde ese día ya nada es igual… solo fue el comienzo de algunas locuras contables pero la mas suave de leer…