Los animales callan, nos contemplan, mas, no hablan
tal vez nos temen pues somos feroces
somos los dueños y señores de este selva de edificios,
ellos nos dejan vivir, mantienen la distancia,
pero crecen, silenciosamente crecen,
pronto, los insectos serán una masa multitudinaria
que asolará los territorios del hombre,
las bestias selváticas emigrarán a las ciudades
y serán bestias urbanas, aunque no tan feroces como el hombre,
la explosión demográfica animal será atroz,
será algo nunca visto, por cada humano
habrá cinco fieras que tomarán su lugar
y para escarnio del orgullo jamás mancillado
las fieras aprenderán a articular palabras
y ese será el principio de un relevo de especies
porque después serán nuestros patrones,
seremos desde entonces obsecuentes obreros de las bestias
entes supremamente civilizados pero encadenados a un nuevo orden,
las fieras tendrán la supremacía, la omnipotencia,
nuestra raza altiva será humillada, desplazada de su escenario,
mascota de las circunstancias, Apocalipsis animal
el mundo será un inmenso conglomerado de zoológicos
con fieras gobernando tanto peor que las fieras actuales,
pobre del hombre que quiera razonar con ellas…
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