Mientras el Cacho compra “Caramba” en la casona del Viejo, nosotros tomamos una botella de RON montados en el Chevy Nova a una cuadra del contacto. El Lulo está nervioso, suda como bestia, sus venas brincan como caballos salvajes en su enjuto cuello. La carencia de Caramba lo tiene totalmente cagado. Los cotidianos temblores en sus manos se están acentuando cada vez mas… ¡Al muy infeliz se le ha caído el licor sobre los tapices de cuero del Chevy! Ninguno resistirá cuerdo más de media hora.
- ¡Vos estas bien cagado Mercado!... ¡El Mercado tiene los ojos de caca!- vocifera el Lulo golpeándome la espalda con furia.
- Si se me para la raja te dejo fuera de la repartición- mi amenaza lo deja mudo.

Desde la esquina los Dealers nos vigilan atentamente exhibiendo en sus cinturones sus brillantes fierros. Si uno de nosotros mueve un músculo de modo que a ellos les moleste, nos meten balas hasta por el culo. El Viejo Lucho manotea peligrosamente, no aceptará los veinte duros; ahora la weaita cuesta treinta. Si se niega nos arruina la noche. Mañana debo trabajar, con un solo huacazo soy capaz de laborar como animal todo el día. El Cacho debe ser amable… ¡Tan amable y rastrero como lo es con el Maricón Jenny que lo surte de Caramba a cambio de unos pichulazos! Gracias ha estas incursiones se le ha metido el sida en el cuerpo. El saco Wea esta en el infierno y lo único que puede salvarlo del suicidio es esa pequeña línea blanca que lo envía por un breve lapso al paraíso. Solo él y su gran desesperación puede conseguirnos nuestro anhelado gramo; no obstante esos altivos manoteos del Viejo y sus indescifrables alzadas de voz sepultan todas nuestras esperanzas. ¡SI CONCLUYO LA NOCHE SIN UN PORRAZO ME VOY A LA MIERDA!
¡Por fin llega!... El Cacho viene corriendo mientras silba una de esas cancioncitas MEDIO AMARICONADAS que le enseño el Maricón Jenny. Su esquelético rostro expresa una felicidad que deforma grotescamente sus amoratados parpados. Para nosotros se ve lindo el maldito… ¡Que cresta importe que se este pudriendo por dentro!... Por un breve lapso me dan ganas de besarlo pero controlo la angustia y le hago una finta al Pendejo.
- ¡La conseguí!- exclama el Cacho entrando al auto con el oro blanco flameando entre sus dedos.
- La repartiré de inmediato- responde el Lulo sacando del bolsillo de su camisa su tarjeta de indigencia del Hogar de Cristo.
- Esta viene dura -indica el Cacho sacando una navaja de su chaqueta- ¡Tenis que rasparla!
Lulo raspa la “Caramba” con extrema delicadeza. La observa con pleitesía, le da leves caricias con su dedo índice y le dirige sentidas alabanzas. Este Tipo sabe de Saque, controla la intensidad de la dosis, el diámetro de la línea, el grosor, como transformar pasta base en deliciosa cocaína, donde conseguir los mejores proveedores. Hace unos meses intento salirse de la Droga metiéndose a una centro de rehabilitación de la municipalidad pero la Bianca lo tiene agarrado de los cocos y lo único que consiguió fue darle unas cuantas palizas a su Perra, tirarse a la Sicóloga y mandarse un mes de cana. Hoy es su primer porrazo después de seis meses, que para el es como renacer a la vida. ESTE ES EL PRIMER VIERNES DEL MES QUE SU MUJER NO ACABARÁ EN LA POSTA… ¡Y TODO POR EL GENTIL AUSPICIO DEL VIEJO DEGENERADO!
El Cacho es el más angustiado de todos, moja la droga con saliva y se la introduce por las fosas nasales como si tratara de un manjar, posteriormente se lengüetea los dedos y se pone una pizca de saque en el glande. Terminada su operación comienza su habitual lloriqueo amariconado pero esta vez con más fuerza y angustia. Creo que la droga lo matará más rápido que la enfermedad.
- ¡No me quiero morir Cabros!- exclama estrechando angustiadamente la botella de ron.
- ¡Déjate de webadas y arma la otra línea!- lo apuro dándole palmazo en la nuca.


Después aspira su dosis el Lulo, que de inmediato queda raramente extasiado y semiinconsciente sobre el volante del Chevy. La última y más larga dosis es para mí; el Drogo que puso el capital y por ende aquel que se comerá el dramón que le hará su Madre cuando sepa que le reventó el dinero de su pensión. Aspiro con fuerza, cuidando que ningún trazo de la línea quede sin visitar. Posteriormente relajo la nuca en mi hombro derecho y con mi característica elegancia me limpio la nariz de merca con la punta de la lengua. Esta es una técnica muy admirada en por mis Brothers… ¡Tengo vida nuevamente!
La coca nos ha devuelto los huevos a su sitio. El Cacho nos ha pedido que lo llevemos a un lugar. El Lulo tiene ganas de enfiestarse y en esos temas dice que el Cacho es un experto. Ninguno de los dos se atreve a contrariar al Cacho pues eso nos significaría quedarnos prendidos toda la noche sin tener donde gastar nuestras renovadas y poderosas energías. El Cacho tiene muchas amigas, todas putas, ricas y drogadictas. Para nosotros son perfectas.
- Ahora dobla en esta esquina.- indica el Cacho.
- ¿Qué hay aquí?- pregunto ansiosamente.
- No me demoro nada- sin responder mi pregunta sale del auto y entra a una casa abandonada.
- ¿Traerá a una Peruana?- pregunta el Lulo exhibiendo su sonrisa desdentada.
- Seguro- contesto mientras enciendo un cigarrillo.

Cacho sale de la casucha con una quinceañera de la mano. La Mina esta medio dormida. Es morena, rondita y tierna. Lleva un pijama hasta las rodillas. Apenas balbucea un par frases. El Cacho le ha metido un par de pastillas pa` que no friegue.
- ¿Donde le vamos a dar?- pregunto mientras mi diestra palpa la carne fresca.
- ¡No la toques!... Vamos donde el Viejo nuevamente- las ordenes del Cacho nos suenan orates pero nuestra ciega confianza en él nos enmudece.

Manejamos con la radio a full. El efecto del porrazo casi esta pasando. El Lulo esta temblando nuevamente. El Cacho por su parte esta mudo y sostiene a la Mocosa FUERTEMENTE por la nuca. Un gélido sudor esta brotando de mis sienes. Me estoy pudriendo nuevamente. Necesito otro porrazo pero ahora más potente… ¡No quiero quedar pegado como un zombi el resto de la jornada!
Al fin llegamos a lo del Viejo. El Cacho entra a la casona con la muchacha arrastrándola de los cabellos, ella intenta luchar pero esta demasiado dopada. A esas alturas estamos desesperados. ¡ESTA DILIGENCIA DEL CACHO ESTA DURANDO DEMASIADO!
- Tengo una radio pa` vender.- mi oferta ilumina los ojos del Lulo.
- ¿Es con compac?- pregunta ansiosamente.
- ¡Si pos weon!… Nos darán como cinco lucas.- mi respuesta desata un aliviado suspiro en el Lulo.

El Cacho sale de la casona solo. Tiene la mirada negra y se restriega las manos frenéticamente. Entra al auto y me entrega un grueso Y RELUCIENTE sobrecito con “Caramba”.
- ¡Que carajos!- exclama Lulo tomando el tesoro cuidadosamente.
- Cambié a mi Hermana- responde sobriamente el Cacho.
- ¡ES UNA LÁSTIMA QUE POR MI MUJER NO ME DEN NI MIL PESOS!- exclama el Lulo mientras se mete un porrazo con la punta de su navaja.
- Dejemos este auto en el río… La poli debe estar rastreándolo- murmura el Cacho.
- ¡Y vos Merca!... ¿No tenis a nadie a quien cambiar?- me pregunta irónicamente el Lulo.
- No… Ya no me queda nadie- dicho esto salgo del auto rápidamente a mear detrás de un árbol mientras las estruendosas carcajadas de mis amigos me rascan la espalda.