Tu sudor frío recorre mi cuerpo,
que tienta a tocarte,
a besarte, a comerte.
Tus ojos miran mis piernas
que se entrelazan con las tuyas
y amenazan con su asfixia.
Tus dedos rozan mis mejillas,
que se acaloran en cada caricia.
Tu pecho se posa sobre el mío
y entrecorta mi respiración,
y enloquezco y te gusta
y comenzamos el amor.
(Para Ariel, ese... mi gran amor platónico)
Texto agregado el 01-05-2006, y leído por 229
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