No pasa nada.

Fue un día de esos
en que despiertas
y el mundo sigue dando vueltas
y corres a tomar la micro
ante el evidente y ya rutinario atraso.
Fue un día de esos,
esos que desde que despiertas son malos:
un micrero malhumorado y que conduce mal,
el estomago vacío ya que no tomaste desayuno,
llegar tarde a clases y el haber dormido mal
que causa sus efectos,
un almuerzo pobre,
y el resto del día por delante.

Y hoy, sentado en una posición
que me cagará la espalda a los 50,
estando pesimista y melancólico,
me pregunto:

¿Qué pasó con los sueños de la niñez?
¿Qué pasó con la alegría de realizar nuestros proyectos de vida?
¿Qué pasó con eso de romances y parejas enamoradas?
¿Qué pasó con el hombre y los deseos de igualdad?
¿Qué pasó con los ideales de un mundo justo y fraternal?
¿Qué pasa con ustedes y sus vidas aproblemadas?
¿Qué pasa conmigo que no hago nada?

No pasa nada.
Las cosas siguen igual.
Pareciera que nadie hace nada.
Ni la culpa hace algo.
Y yo tampoco hago nada
Y no pasa nada...

No pasa nada...