LAS PENURIAS DE VAN KERCKHOVEN
20 DE MAYO 1960
¡Estimado Guillermo, no sabes cuán feliz me siento de haber partido! ¡Ay querido amigo; lo que es el corazón!, ¡Tan inseparables que fuimos!, ¡No sabes cuánto te quiero!, espero me perdones algún día.
No sabes cuánto te extraño en mis momentos de desesperación y turbación constantes.
Estoy en Bürgerbräukeller, una ciudad pequeña; pero de aspecto agradable, sus construcciones se asemejan a los grandes edificios de Nueva York. !Ah!, su gente es amable y solidaria; hasta ahora me han tratado de lo mejor.
Era completamente necesario alejarme de Minerven, porque la situación se tornó insoportable; pues mi padre siempre llegaba borracho a casa, y todo el tiempo me paraba atormentando. Ya no soportaba su presencia, cada vez que llegaba bajo los efectos del alcohol me miraba con desprecio e insolencia, mi madre también era victima de su petulancia.
Querido amigo, constantemente recibirás cartas mías, en las que te haré saber sobre mi estado de ánimo y todo lo que tenga que ver con mi desastrosa y agitada vida.
22 DE MAYO
Llegué a Bürgerbräukeller pasada las 3:30 de la tarde, estaba completamente agotado; pues el viaje había sido demasiado largo y agitado. Me senté a descansar en uno de los bancos de la plaza principal y por poco me quedé dormido.
Después de ese reparador descanso me dispuse a buscar algún alojamiento, iba de un lugar a otro, todos costaban por encima de los 80 pesos por noche y yo no tenía suficiente dinero como para pagar tan elevada tarifa.
El cansancio y la pena hicieron mella hasta el punto que me quitaron las ganas de cenar, sólo tomé unos cuantos tragos; no soportaba la idea de pasar la noche bajo el cielo azul e infinito, pero nada podía hacer ante aquella irremediable situación, era inevitable, todo está consumado.
Esa noche la pase muy mal, el frío era muy intenso que cualquier criatura viviente no hubiera podido soportar, pero yo tenía que lidiar con esa noche fatal. Parecía que las horas se hacían mucho más largas e inacabables, miraba constantemente las manecillas de mi viejo, querido e incansable reloj y me daba la impresión que los segundos, minutos y horas transcurrían lentamente, y no veía llegar el amanecer.
Durante todas esas horas tormentosas, pasaron por mi mente muchos recuerdos; recuerdo que mi madre me pedía entre sollozos que no me fuera de casa, recordé también cuando me dijo que la iba a pasar muy mal y que iba a sufrir demasiado; recuerdos que nunca podré olvidar, sólo la muerte podrá arrancármela de mi frágil mente.
25 DE MAYO
Hoy estaba sentado, tenía la cabeza gacha, los ojos enrojecidos y con los ánimos por los suelos, tenía unas ganas tremendas de volver a casa, pero no podía ser, porque ahí se encuentra el hombre que me causó mucho sufrimiento y es mi padre al quien tanto odio.
Alguien se sentó a mi lado y noté que me miraba fijamente sin quitarme la vista de encima, yo levanté la cabeza lentamente y dirigí mis miradas sobre las suyas sin perderle pisada alguna.
¿Quién eres?
¿De donde eres? Preguntó.
No tenía ganas de hablar, no deseaba entablar conversación con nadie, me quedé callado por un lapso de cinco minutos.
Soy Van kerckhoven y vengo de Minerven; no tengo a donde ir, salí de casa porque mi padre me trataba muy mal y ya no soportaba seguir ahí. Yo me llamo Dag Hammarskjöld, te puedo ayudar en lo que tu quieras, vamos a casa y no hagas pregunta alguna. Sentenció.
26 DE MAYO
Debo reconocer que tuve buena suerte en conocer a Dag, es un tipo muy bueno y sobretodo muy amigable; me ofreció quedarme en su casa el tiempo que fuera necesario. Al promediar las cuatro de la tarde conocí a la esposa y a la hija de Dag (habían llegado de viaje), las dos son sumamente bellas, pero yo no tenía la curiosidad suficiente para indagar más sobre ellas; me dijo su nombre de cada una y ya no recuerdo nada de todos los datos que me dio.
Y es obvio que el aspecto sentimental me es completamente indiferente, mi corazón estará solitario por toda la eternidad, nunca pondré mis miradas en una mujer, por más dulce que esta sea, eso espero.
1 DE JUNIO
Después de tantas idas y vueltas, hoy por fin pude encontrar un modesto trabajo, voy a trabajar de barman en un lujoso bar ubicado en el centro de la ciudad. El sueldo acordado es de trescientos cincuenta pesos mensuales, un monto nada despreciable; pues necesito mucho de él para poder subsistir.
2 DE JUNIO
Me alquilé un pequeño campamento en un lugar desolado, a una legua de la ciudad. En uno de mis acostumbrados paseos encontré un lugar maravilloso; era tan hermoso que quedé impresionado.
Se trata de una catarata, me senté en la orilla de éste pequeño riachuelo por un tiempo indefinido.
Me quedé contemplando el agua pura y cristalina de la fuente; al agacharme para beber un poco de ésta, escuché un suave murmullo, como diciendo por qué le robo algo sagrado.
¡Hermano mío! Por lo que más quieras os suplico que no le cuentes nada de esto a mi madre, no quiero que ella sufra por culpa de la vida desordenada y desastrosa que llevo. Tampoco quiero que se entere de cuánto sufro al no tenerla a mi lado.
Sólo decidle que estoy muy bien y que cada día que pasa la quiero mucho más, siempre está en mi pensamiento. ¡Adiós querido amigo!, ya no quiero atormentarte más.
8 DE JUNIO
¡Amigo mío!, no sabes qué feliz me siento, por fin alguien se ha apiadado de ésta alma solitaria y se ha dignado en concederme el día más feliz de mi vida. ¡No sabes qué dichoso soy!
Hoy me dirigí muy temprano a hacer algunas compras en una tiendecita que queda a la vuelta de la esquina, muy cerca de casa.
Al ingresar a la modesta tienda, mis ojos se dignaron en ver a la criatura más maravillosa del universo; no podía y me resistía a creer haber encontrado un pequeño ángel en medio de mi tormentoso infierno. ¡Ay amigo!, sólo cruzamos algunas miradas y no atiné a nada.
16 DE JUNIO
¿Yo cómo me encuentro?
La verdad que no sé, pero la mayor parte del tiempo estoy demasiado nostálgico, voy de un lado a otro sin encontrar un destino final; camino lentamente, con el paso lerdo, la mirada perdida y el pensamiento vago.
Hace ocho días conocí a una chica maravillosa, simplemente espectacular; su hermoso pelo, su dulce voz y su trato afable pone a mil revoluciones a mi corazón abatido y demasiado nostálgico. Toda la mayor parte del tiempo trato de contrarrestar esa nostalgia, la música ayuda en algo, pero es demasiado inútil dejar de pensar un solo instante en ella.
Cuando la vi quedé completamente paralizado y aturdido, porque estaba frente a mí la chica más hermosa, tímida e introvertida. Y noté en su expresión mucho temperamento, cada vez que tropiezo con ella, siento que mi corazón estalla de emoción; pero trato de ser indiferente para que nadie sospeche lo que mi corazón oprimido siente por ella.
Una mirada suya basta para alegrarme la vida, por un momento me olvido de ése pasado tormentoso, solitario y demasiado melancólico que ha sido mi vida; pero creo que todo acaba en una simple ilusión, porque yo sé que nunca seré capaz de poder hablar con esa afable y dulce criatura.
No sé si soy tímido o cobarde, no lo sé, sólo pasa por mi mente tratar de olvidarla; pero no puedo, no puedo.
Su destellante figura ha quedado grabado en lo más profundo de mi ser. Cada vez que la veo me da ganas de abrazarla, tomarla de la mano y dar un paseo juntos y así salir por un instante de este mundo soso, torpe y aburrido; pero todo es ilusión, tan sólo una ilusión.
Siento una bronca tremenda y a veces me odio por no ser capaz de poder dirigirle la palabra; pero qué puedo hacer, la timidez me ha derrotado y me está postrando en la más completa soledad.
24 DE JUNIO
Hace dos semanas que no la he vuelto a ver, y en todo ese tiempo no he hecho otra cosa que pensar en ella, pasaba noches enteras sin poder dormir y días enteros sin poder comer, ¡Ay amigo!, ¡si tu supieras cuánto sufro!
Vagaba todo el día en la calle para tratar de encontrarla, pero es demasiado inútil dar con su paradero; pasaba por entre la gente que iba y venía, pero ella no estaba.
La gente que pasa no sabe y no ve mi sufrimiento cuando voy de un lado a otro desesperadamente por tratar de ubicarla. Llegué a casa con mucha pena y con el ánimo por los suelos al no haber encontrado al ser que más quiero.
A veces quiero caer cansado y abatido, deseo dormir profundamente y no despertar jamás, para no despertar llorando con la pena de no verla.
La tristeza que me embarga es tan grande que a veces tengo que refugiarme en el alcohol y el tabaco. El alcohol pone mi mente en blanco y el tabaco le da una tranquilidad infinita a mi alma, así ambos ayudan a que mis penas sean menos profundas.
24 DE JUNIO DE 1961
Estimado Guillermo, no te imaginas cuanto tristeza siento y no encuentro palabras exactas para poder pedirte perdón por todo este largo tiempo que dejé de escribirte. Deseo de todo corazón, si es que aún lo tengo, que todo te vaya muy bien y sobre todo que seas muy feliz; decidle a mamá que no se preocupe por mí.
POR LA NOCHE
Hoy al despertarme estaba tranquilo, sosegado y con el pensamiento en blanco, salí de casa para dar un pequeño paseo, el trinar de dos pequeños ruiseñores arrancaron de mí una tímida sonrisa.
La mañana fresca, el soplo suave del viento y el brillo a mil revoluciones del astro rey, presagiaba el segundo día más feliz de mi vida. El primero había sido un año atrás cuando conocí a esa pequeña, dócil y agradable criatura.
Al volver a casa escuché el trinar alegre de dos pajaritos que jugaban con su madre, pensé que por fin había llegado ese momento que tanto esperaba.
Me disponía a escuchar una melodía musical suave y melancólica, pero de un momento a otro, oí el grito doloroso y agonizante de un viejo ruiseñor que ya fenecía en uno de esos lejanos y viejos árboles. Este pequeño incidente no era motivo para echar a perder ese día memorable, estaba tranquilo, solo y con esa tímida sonrisa a flor de labio. Pero de pronto caí de rodillas y un incontrolable torrente de lágrimas descendieron sobre mis mejillas.
¿Qué había pasado con ese memorable día?
Es muy simple, otra vez había pensado en ella y otra vez la nostalgia, la desesperación y el desconsuelo se apoderaron de mi alma.
Aquella remota ilusión de ser feliz por un día se derrumbó como un casino de naipes, me quedé de rodillas por un lapso indefinido y aquel odioso torrente de lágrimas se resistía a cesar.
Me quedé de rodillas y con la mirada hacia el cielo como buscando y pidiendo a alguien una explicación de este momento doloroso y cruel.
Mil ideas, mil proyectos se combatían en mi mente y quedó una, sólo una, siempre firme e inquebrantable ¡Quiero morir!
Te escribo estas líneas sin ninguna exaltación novelesca, sino más bien con el dolor profundo y desesperante de un corazón que ya agoniza lentamente.
26 DE JUNIO
¿Te acuerdas que te conté amigo Guillermo de aquel día espeluznante y tenebroso?
Pues bien; te había contado que permanecí de rodillas por un lapso indefinido y con el torrente de lágrimas entre las mejillas que no quería cesar.
Estaba aturdido, cansado y abatido, deseaba por un instante que la muerte se apiade de mí y le ponga fin a este largo y lento sufrimiento que ya me destruía por dentro.
En ese ir y venir de mi pensar vago, alguien interrumpió bruscamente mi desconsuelo.
- ¡Maldición! ¡Maldición! Dije con voz enérgica y quebrantada, ahora quien viene a interrumpir mi sufrimiento.
Me puse de pie y me disponía a ver quién era el que molestaba y agotaba mi paciencia, el timbre sonaba una y otra vez; en el trayecto hacia la puerta me sequé las lágrimas para aparentar que todo estaba tranquilo.
Al abrir la puerta me di con la sorpresa de que era Darko Kovacevic, un amigo entrañable al que no vi durante diez largos años.
Darko es un muchacho de 24 años, de tez blanca, de mirada penetrante y ojos profundos, su cabellera dorada y su 1.90 de estatura le da una apariencia europea, mas exactamente al de un temible pánzer alemán.
Kovacevic había dejado la natal Minerven a la edad de 14 años y se fue con su familia a la Alemania en busca de mejor vida.
El día que se marchó yo me quedé con una pena enorme y a la vez con una bronca contenida al saber que mi mejor amigo se iba para no volver jamás.
Cuando abrí la puerta y vi a aquel pibe polémico, díscolo, discutido y demasiado temperamental frente a mí, las lágrimas invadieron mis mejillas y nos confundimos en un abrazo inacabable y eterno.
Mientras lo abrazaba hice un veloz repaso mental, desde el día en que nos conocimos, los momentos felices y amargos que pasamos juntos, aquellos días-tardes interminables que disfrutábamos en los claustros de la escuela y colegio, hasta la noche que lo vi partir, la noche que yo creí morir.
27 DE JUNIO
Después de aquel abrazo inocente e inconfundible me invitó a un bar que quedaba por allí cerca para comer y tomar unos cuantos tragos. Esa noche la pasamos súper bien.
Me contó que cuando llegó a la Alemania todo era penuria y desolación; pues su padre no había podido encontrar trabajo y él no podía seguir sus estudios.
Pero con el lento transcurrir de los meses esa penuria y desolación fue transformándose en una dulce alegría, al fin su padre había logrado entrar en una fábrica productora de cerveza que era propiedad de Villie Veikko Savolainen; un temible y odioso judío.
1 DE JULIO
También me contó que acabó sus estudios de ingeniería de petróleo y que se había enamorado de una bella y despampanante alemana y que tenía pensado casarse al retornar a la querida Alemania.
4 DE JULIO
Me sentí alegre y triste a la vez, alegre porque él era feliz; y muy triste porque mi vida era desesperante y desastrosa.
19 DE JULIO
Ha llegado la hora de que Darko parta nuevamente y otra vez tengo que soportar el inmenso dolor de ver partir por segunda vez al amigo más querido y entrañable.
Nos dirigimos al aeropuerto una hora antes de que el ave de metal levante vuelo, a las 4:30 de la tarde llegamos a nuestro destino; todavía nos quedaba 30 minutos para poder dar un paseo por última vez.
Ese pequeño lapso fue eterno e inolvidable, vi en su expresión algo de nostalgia que trataba de ocultar con una tímida sonrisa.
El gigantesco ave de metal alzó vuelo a las 5:00 p. m; estaba triste porque él ya volaba por los aires y yo me quedaba otra vez solo en este mundo soso, torpe y aburrido.
Me dirigí a un lugar desolado para recordar aquellos momentos maravillosos que la pasamos juntos, esos días alegres e inacabables desde que Darko llegó hasta el día que se fue (hoy).
En el trayecto a casa me puse a leer algunos anuncios, compré un periódico para matar el tiempo hasta que llegue la hora de la cena.
Al llegar a casa encendí la radio, me quité la ropa y me fui tras el humo de un cigarrillo que quiere escaparse lo mismo que yo.
Almuerzo o cena, que más da, si el plato es el mismo, la soledad; almuerzo o cena es igual, si en la mesa hay un solo lugar.
23 DE JULIO
Hoy la mañana se presentó fría y tormentosa, me quedé en casa; no sabía qué hacer ni adonde ir, estoy solo, siempre solo. Por la tarde me dirigí a la catarata, a donde acudo todos los días para reencontrarme con mi soledad.
30 DE JULIO
Otra vez estoy sentado frente a la catarata ¡éste es mi lugar predilecto! ¡no sabes cuánto amo este lugar!, paso aquí horas interminables durante mis momentos de soledad y turbación constantes.
Durante las horas que paso aquí, trato de pensar en cuánto sufre mi madre por uno de sus hijos que yace lejos en un lugar que no le pertenece.
¡Querido Guillermo!, no sabes cuánto envidio a aquellas personas que llevan una vida alegre y tranquila, esas personas que están rodeadas de amigos y de comodidades, gente que no sabe de sufrimientos, que no pasa hambre, frío y miseria.
Si la felicidad se pudiera comprar, daría lo que sea por un momento de felicidad; cuando estoy en la catarata pienso todo el tiempo en Fanny, así se llama la pequeña criatura, la tristeza invade mi corazón y un torrente de lágrimas cae sobre mis mejillas, el llanto es incontrolable.
Trato de buscar en ésta fuente tan querida esa felicidad y ese afecto que me fue esquiva durante la mayor parte de mi vida.
8 DE AGOSTO
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fui al bar( Darko me acompañó en su estadía aquí en Bürgerbräukeller), acudí para sacudirme de esa nostalgia y para pasar un momento agradable; estaba sentado disfrutando mi vaso de vodka, me encontraba tranquilo, con el pensamiento distraído; cuando de pronto entró Fanny, se sentó en una mesa cerca de donde yo estaba, me saludó de la forma más amable y yo le respondí muy cortésmente; mi corazón empezó a regocijarse de la emoción; no lo podía creer ,ella me había dirigido la palabra. Pensé que mi desdicha se convertiría en felicidad.
Le pregunté de su lugar de origen y respondió con la voz más dulce que he escuchado, soy de Minerven y estoy aquí ya mucho tiempo, contestome.
Yo también soy de Minerven, pero nunca la he visto dije con voz medio temblorosa; Fanny sólo sonrió, Ella me volvió a preguntar, que hacía por estos lados. Le dije que vine por un corto periodo y que pronto me iría; estuvimos conversando amenamente por media hora y de pronto hizo su ingreso un joven, era alto, de ojos negros, y por cierto muy atractivo. Se sentó a lado de ella.
Al ver que se sentó a lado de Fanny me volví hacia mi mesa y no le volví a dirigir la palabra; pedí otro vaso de vodka y le pregunté al mozo quien era el joven acompañante de Fanny; contestome en voz baja, es su prometido y pronto se van a casar. Levanté la cabeza y dirigí mis miradas sobre sus manos y pude divisar entre sus dedos el anillo nupcial.
¡No pude aguantar tal decepción!, me marché a casa presurosamente,¡Guillermo que desdichado soy!.
Al llegar a casa me desvanecí pesadamente y mis sollozos se hicieron más profundos, sentí a mi corazón abatido desangrarse lentamente como si alguien me hubiera atravesado un puñal mortífero.
13 DE AGOSTO
después de la trágica noticia de que aquél joven era el novio de Fanny , no tenía ganas de estar en casa; no te imaginas toda la desesperación y la angustia que invadió mi alma.
Quería olvidarme de una vez por todas y sacar de mi mente todo lo sucedido aquella triste noche; me resistía a creer que ella ya estaba comprometida .
Salí de casa para dar una de mis últimas salidas por la pequeña ciudad, caminaba lentamente, al llegar a la plaza principal me senté y me puse a meditar sobre mi pasado y el negro porvenir que me esperaba.
Estaba muy triste y cabizbajo, miré al cielo como pidiendo alguna explicación a alguien el porque de las desgracias y frustraciones de las cual he sido víctima; alguien se sentó a mi lado, pero no le di importancia alguna, estaba muy confundido, de pronto escuché una voz que me preguntó:
¿joven lo puedo ayudar en algo?
Levanté la vista lentamente y era otra vez Fanny; me miró fijamente y me volvió a interrogar ¿?.
Señorita le dije: nadie comprende y por lo tanto nadie puede ayudarme a curar mi enfermedad, ¡de qué enfermedad padece! Exclamó.
No es de mucha importancia, repliqué. me llamo Fanny, ¿te acuerdas de mi? preguntóme.
Y claro, si, yo soyVan kerckhoven, dije con voz entrecortada.
No tenía ganas de entablar conversación alguna, me disculpé de ella y me fui raudamente a casa.
14 DE AGOSTO
¡Guillermo, mi vida ya no tiene sentido! Comprendí que mi presencia no le hacía falta a nadie y que sí algún día desaparezco misteriosamente, nadie se daría cuenta de mi ausencia y si por algún motivo se dan cuenta que ya no estoy más, mi recuerdo pasará desapercibido y nadie hará ningún comentario sobre mi partida.
16 DE AGOSTO
Hoy he tomado la resolución más cruel que cualquier hombre pudo haber tomado; tomé la firme decisión de ponerle fin a este largo, lento y penoso sufrimiento que me está destruyendo por dentro.
¡Quiero morir!, no soporto la idea de verla con otro hombre; mi corazón se desgarra cuando Zlatko la toma entre sus brazos con tanta ternura y la llena de besos.
Debo reconocer que Zlatko es tal ves el hombre más maravilloso que existe en este mundo, es bueno, honrado y que inspira mucho cariño.
¡OH Dios, tú que me concediste la vida , ahora concédeme la muerte!
Es preciso que desaparezca uno de nosotros tres: Fanny, zlatko, pues bien, sea yo.
Decidle a mamá que estoy mejor que nunca y que pronto volveré a casa. Esta muerte será tan silenciosa que mi ausencia pasará inadvertida.
¡hasta siempre, querido amigo!
CARTA DIRIGIDA A FANNY ANTES DEL SUICIDIO
Estimada Fanny:
Desde algún rincón de mi triste y oscura soledad hago votos deseando que se encuentre bien en compañía de los seres que la quieren y le brindan su amistad, y yo ando con una pena enorme y afligida de saber que la tengo cerca de mis ojos, pero tan lejos de mi corazón.
Y quiero pedirle un millón de disculpas por enviarle esta carta por intermedio de Dag Hammarskjöld, pues mi timidez es un obstáculo tremendo que ha hecho imposible entregárselo personalmente.
Y agradezco profundamente al destino que me concedió la dicha de tropezar con la chica más linda y maravillosa que he podido conocer en mi dilatada existencia; ya no puedo más, durante tanto tiempo he soportado y he pasado mil penurias al callar este secreto.
¿secreto?
Bueno, algo de esto le conté a Guillermo, pero estoy seguro que él guardará celosamente esta confidencia; es necesario que sepa lo que mi corazón sufrido y balbuceante siente por usted.
Si Dios me hubiera concedido la dicha de estrecharla entre mis brazos y llenarla de besos, ¿besos?, claro, ¡por qué no!; hubiera sido el hombre más feliz y usted habría sido tal ves más feliz conmigo que con él.
La atracción que siento por usted es tan grande que cada vez que la veo, siento que mi corazón está a punto de estallar tal como si fuese una bomba nuclear, su mirada penetrante y sus ojos profundos me dan fuerza suficiente para seguir subsistiendo en este mundo cruel. ¡Ah!, y su tierna sonrisa es como un combustible poderoso que me da energía para combatir contra mil leones.
Llegué de Minerven con mucha desilusión y con una pena enorme de haber dejado el suelo natal, pensé que todo había acabado para mí; pero encontré un pequeño ángel que le dio luz a mi tormentoso sendero, ese ángel es usted.
La mayor parte de mi vida se ha caracterizado por estar plagado de sufrimiento, nostalgia y desconsuelo; pero esta es la primera vez que sufro por amor. Esa palabra álgida que no se atrevió a inscribir su nombre en mi diccionario, pero ahora ha irrumpido violentamente y ha estampado su firma en las finas y delicadas hojas de mi libro sagrado; pues ya vez qué irónica es la vida.
Cuando apenas cumplí los quince abriles, era tal ves el hombre más odiado y despreciable, por que los demás sentían lo mismo que yo sentía por ellos; la soledad me enseño a odiar.
Temible, arrogante, insensible y a veces demasiado sarcástico con la sociedad, mi sola presencia ponía de vuelta y media los lugares por donde transitaba, la gente se alejaba al verme ; pues rehuían de mis miradas, porque estas estaban cargadas de odio.
Ahora cuando buscas y diriges tus miradas sobre las mías, ese sarcasmo y arrogancia se desvanece lentamente y conviertes mi petulancia en un pálida sonrisa.
Ya no soporto más esta tragedia y siento que mi testa va a estallar pensando que Zlatko muy pronto se va a quedar con el botín más preciado, y yo agonizo en algún lugar de mi propio mundo, con la remota esperanza de lograr mi libertad algún día. No sabes cuántas ganas siento de inmolar a tu marido, pues su presencia me resulta repugnante y ya está colmando mi paciencia.
Y es preciso que desaparezca uno de nosotros tres: Zlatko, usted, pues bien, sea yo.
Este es tal ves el último dolor que usted me causa y ésta, la última carta que yo le escribo; tengo la esperanza que cuando concluya de leer esta querida carta, su alma no se llene de odio y rencor para conmigo.
Querida Fanny, he tomado terrible decisión, por que me es imposible convivir con mi más encarnizado rival y no podemos respirar el mismo aire, déjeme deciros que cada palabra y cada línea es tan dirigidas con todo el cariño y el respeto del mundo que tengo para contigo
Antes de escribir esta epístola estaba tranquilo y sosegado, pero ahora siento que mis fuerzas me han abandonado y lloro como un niño.
Cuando pasees en las frescas mañanas de primavera, dirige tus miradas sobre el inefable e infinito firmamento, piensa en mi, en un querido y lejano amigo; y yo, desde algún lugar del infinito y vasto cielo contemplaré y cuidaré cada paso que os daréis, y cada carcajada que os deis, disfrutaré como si fuera mi propia alegría......
DAG HAMMARSKJÖLD
Después de la última carta dirigida por Van Kerckhoven a su amada Fanny y a su amigo Guillermo, el joven pasó la noche más horrible de su existencia.
Al despuntarse el alba, se dirigió por última vez a la catarata, el lugar que más amaba; allí pasó los últimos momentos de su vida. A las 4:30 de la tarde acudió raudamente a un pequeño stand donde compró un revolver con el cual pensaba ponerle fin a su vida desordenada y muy agitada.
Las horas pasaban lentamente mientras él paseaba por última vez por las estrechas calles de la ciudad que lo había cobijado durante tres años.
Van Kerckhoven esperaba pacientemente el transcurrir de las horas, como resignándose a aquella fatal decisión que había tomado.
Pasada la media noche se oyó el disparo fatal, el desdichado joven le había puesto fin a su penosa existencia; al lugar de la tragedia llegaron algunos de sus conocidos y muchos curiosos que rondaban como cual gallinazos cuando buscan alguna presa .
La mala noticia llegó a oídos de Fanny, quién acudió presurosamente donde yacía tirado el cuerpo del desafortunado joven.
KAISERSLAUTERN
AREQUIPA
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