La tormenta cae rencoroza
y borra una a una mis pisadas...

Las calles y las personas
quedan sepultadas en mi memoria...

Siento como el brazo frío de la soledad
se va deslizando por mi cuerpo,
y me baña de llanto, de vacío
danza en mi vientre
y ríe a carcajadas roncas...

Busco en mis muñecas
un río de color intenso,
abro mis ojos y fuerzo mi vista
pero no... ya no hay nada...

Me pregunto si mañana
la tormenta se fundirá con mi nombre
o si el otoño guardará mi aliento en sus ojas.

Fuerzo la vista, agudizo los oidos
grito con todo mis sentidos,
pero no... ya no hay nada...