Los primeros años de oscar, fueron años normales, de esos que tienen los niños que son cándidos y felices hasta bien entrada la primera juventud, es decir hasta los veinte años.
Cursó su bachillerato completo, en un colegio de solo varones, que era dirigido por hermanos corazonistas españoles. Allí aprendió toda clase de lecciones sobre todo los temas habido y por haber, saber que compartió con sus compañeritos, que lo estimaban, pues osquitar a decir del viejo profesor de Química, era uno de los únicos que sabía mamar gallo, tomar sanamente del pelo, con buen humor y a la hora de responder en los exámenes y tareas, no se dejaba rajar.
De los primeros años aprendió, que iba a ser todo un suplicio el de tener que hacer ejercicio físico, pues en la única materia que le iba mal, y le seguiría hiendo mal toda la vida, era la de educación física. Ya desde primer año le tocó hacerse cargo de un grupo de niños especiales, que tenían enfermedades de down, o eran mongólicos; el profesor le puso dicho castigo para que oscar se diera cuenta de que, él tenía habilidades corporales y que había tenido suerte en la vida, pues era un niño sano y con una buena salud corporal y mental. También aprendió de los niñitos mas pícaros, sobre la masturbación, sobre como causarse él, auto placer, manía que también, duraría toda la vida, pues en ese país tropical, la gente era muy caliente desde la niñez. Oscar aprendió pues dos cosas que serían después, su dolor de cabeza constante: el tener que hacer ejercicio físico y el tema del sexo, tan fuertemente criticado en su generación, por los hermanos cristianos, que impartían una severa educación a esos niños que se estaban formando, fundamentados en la teoría de Platón, de la educación, un poco espartana y fuerte.
Compartía sus horas de colegio, con las salidas al barrio, junto a otros muchachitos de otros colegios y allí aprendió muchas cosas que no se había nunca imaginado. En una de esas reuniones descubrieron que un tal julio, julito, mayor que casi todos los demás, le gustaba llevarse a los niños, para hacerles cosas en sus cuerpos y manosearlos. Oscar estuvo a punto de pegarle a julio, pero este, advertido, no se volvió a acercar a aquella pandilla, aunque como cinco o seis niños de esos que el trató, terminaron mal, pues los que no se volvieron homosexuales, quedaron con su problema psicológico.
Otra de las grandes fuentes de inspiración para oscar, de niño, fue la música. En su casa, se escuchaba, desde la música de cuerdas colombiana, pasando por leodan, sandro, hasta llegar a la música de habla inglesa, pues su hermano mayor, fue en su primera juventud, hippie. De esos años, quedarían muchos recuerdos, pues además, del estudio, el sexo, la religión, aparecía la música, temas que osquitar nunca abandonó.
Fue un tiempo maravilloso. Oscar vivió hasta los diez y ocho años, sus mejores años de vida. Terminaba a esa edad, la vida color rosa y ya bachiller, gordito y sano, comenzaba el camino más grave de soportar: llegaba por fin, a ser adulto, aunque muchas veces oscar, hubiera preferido seguir siendo un niño, un adolescente, disfrutando el elixir de la eterna niñez…