Es tarde
está fresco
como el recuerdo.

Y no voy
al naranjo
de la esquina.

Pero como si fuera
te has puesto
en la presencia
de mi vida.


Debo confesarlo
hay una de amor
en otra poesía
nunca llegó
a tus ojos
esa caricia.

Nada le quita
a mi recuerdo
qué tu no sepas.

La renuncia
la hice por ti
para mí.


Un amor que ha muerto
No deja de serlo.


En la bruma
de algún mar,
en ese viento
qué aturde,
ráfaga de un instante.

En el universo,
arista de un sol
llama no consumida.
allí estará
resucitado.


Un amor que ha muerto
no deja de serlo.


Está en el aire
lejano
de las colinas.

En otro amor
extraño,
otras vidas
pasadas.

Ya no es tú y yo,
es un todo
misterioso.

Está en la placidez
el Nirvana
del Gran Amor.