COMO LA FLOR DEL CACTUS
Flor del cactus que lucha en el desierto,
humilde musgo adherido a la roca,
en la grieta profunda abierta por el sismo,
y en la yedra abrazada a la vida del árbol,
la gota de rocío
resbalando en el verde de la hoja,
como el grano de arena que se moja en la orilla,
así busca mi alma tu presencia.
Para no tropezar en mi camino
ni perderme en el bosque,
para no sumergirme en la tormenta
ni ahogarme en silencios,
para paliar el frío de mi estancia,
para poder asirme sin temor a tu cuerpo
como la yedra al árbol,
La cuna de tus brazos
para poder dormir profundamente
como duermen los niños.
Inundas mi soledad,
aire con el que respiro,
aliento que me da fuerzas,
descanso de mi fatiga,
alas que me hacen volar,
ilusión donde me vuelco.
Te he perdido y te encuentro muchas veces
en cada gota de lluvia, en cada nota de llanto.
Pero a veces te escurres
como un sueño de peces plateados.
La tarde es un caballo desbocado
sin brida,
y en su melena roja
cabalgan los deseos.
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