En nuestra civilización cristiano-occidental aceptamos muchos convencionalismo sin objetarlos. Uno de ellos es el motivo por los cuales las mujeres se pintan los labios.
Desde que el ser humano avanzó en la conquista de lugares de la tierra con temperatura menos calida, necesitó cubrir su cuerpo, con lo cual quedaron ocultos algunos atributos sexuales que nos identifican. En el sexo femenino, tanto los caracteres primarios como los secundarios llegaron a ocultarse ya no tanto por el clima ambiente, sino por prejuicios de índole religioso puritano. Pero nuestro cerebro ha seguido inalterable en el sentido de que no existiendo en la apariencia la notoriedad de nuestro sexo, debemos asumir conductas que lo hágan notar ante los demás. Una de éstas es el destacar en las mujeres las formas de su cuerpo, mostrando el nacimiento de los pechos (sín descubrírlos totalmente por causa de la cultura imperante) y otra forma es el pintarse los labios con unos tonos de rojo "rabioso" para ajustar su concepción mental con su indumentaria.
Se ha comprobado que en culturas en donde mujeres y hombres conviven en desnudéz esta práctica es del todo inexistente, solo se usan pinturas o tatuajes que no son diferentes en ambos sexos y que tienen una connotación similar para ambos sexos.
La cultura puritana de nuestra sociedad cristiana occidental ha traído como consecuencia el impedir que podamos ser reconocidos sin estas manifestaciones de pintura en la cara o en los labios.
Actualmente el mundo vive un proceso de globalización, tanto por motivos económicos como también por la comunicación que ha hecho de nuestro planeta una aldea en que se hace necesario respetarnos y tolerárnos más que antes. Como consecuencia de ello es que vemos que las diferencias entre los sexos tienden a asemejarse, en lo que se refiere a atuendos, peinados, aros, tatuajes, etc. lo que no hace sino reflejar el momemnto histórico de la no discriminación que está latente.