Amiga mía, te tengo una invitación… ¿te parece si nos bajamos del mundo y caminamos?... por el mar, por la arena, por tus sueños o los míos, por donde quieras, bajo la lluvia, sobre el sol o al filo del volcán…
Vamos amiga, acá no veras veranos de alegres veredas, solo hay hermanos perdidos en guerras. Ya no hay amantes, solo vidas rotas y delirantes, ya no hay montañas serenas, solo eriales, riscos y penas…
No llores amiga, no iguales tristezas, abre los ojos…
Tienes toda la razón, duele mucho dejar lo que dejas, es difícil.
¿Pero no somos acaso amantes de la libertad?, ¿no quieres ir por la vida sembrando la paz?... amiga no, no hay límites. Los límites están solo en tu mente…
Amiga no te quedes, siento que te pierdo…
Vamos amiga, no tengas miedo, bajémonos del mundo, vivamos intenso. Sólo un paso más y estás fuera…
¿Y es que acaso no eres un alma silvestre?... no olvides que tu único rumbo es el paso firme, tu posesión más valiosa la libertad, tu llave la ilusión que no muere…
No amiga, de este lado no necesitas pasaporte…
No amiga, tampoco visa.
Vamos… dime: ¿Dónde dejaste tus ensueños? ¿Tus quimeras más preciadas?
Si amiga, esa misma, esa que guardabas bajo el fiel concepto de ideal…
Se nos hace tarde… qué esperas… ¡Deja ya tus ataduras, tus miedos infundados, tu inseguridad afanosa, tu dolor que te ama!
¿Y es que acaso eso es vivir?... los pájaros no pueden ser enjaulados, no dejan prisioneros cuando se van…
Bajémonos del mundo de una vez, acá ya no hay islas donde naufragar.
¡Salta, salta y verás que puedes volar! Eso amiga, cierra tus ojos, siente el olor… ¿notas como poco a poco tus pesares se hacen imperceptibles?
Esta es la vida amiga… de donde venías el tiempo ya no tiene tiempo y el espacio no es habitable.
Amiga te amo, ahora te das cuenta… no necesitas que te muestren el camino, amiga “ésta, es tu casa” tu eterno palacio de sueños, no lo vendas nunca.
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