Suelo caminar por mi calle, la última de esta ciudad; suelo hacerlo no tanto porque es necesario, si no porque me agrada….es que no se trata solo de caminar, si no de la calle … pero las cosas se han tornado violentas últimamente, y ahora camino rápido y muy asustado…sintiéndome amenazado por el ruido que el viento produce cuando pasea burlonamente por las ramas de los árboles…y dependiendo de la posición del sol, a veces temo hasta a mi siempre inoportuna y casi conspiradora sombra; pero camino igual porque mi mayor angustia es tan si quiera imaginar que no pueda volver a hacerlo.

Pero he decidido adelantarme y acabar con tanta incertidumbre…

Y ahora camino despacio, y me río a carcajadas, puedo hacerlo tranquilo sin temor, por que para empezar, mi sombra me abandonó, aprovechó para escaparse cuando el árbol al que até una soga aún soportaba el peso de mi cuerpo….la muy ingrata prefirió quedarse con el viento, el mismo que tanto me molestaba, solo ahora compruebo mis sospechas a cerca de esos dos…

En fin, lo importante es que no dejo de caminar por esta ahora más que nunca mi calle.