Es hora de colocarme a pensar, que el día está frío y así como esta el día de hoy, pienso como me enamoré de alguien muy especial y querida personita.
Dejo transcurrir el día y más sin embargo, mi felicidad es notoria y llena de sentido, aunque el día este frío y oscuro. Dejo sentir en mi interior, todo lo bello que es el amor y me adentro a seguir escribiendo, inspirado en esa muchachita frágil y tierna, que con su corta edad, me tiene completamente equilibrado.
Hablo con las personas y todos notan que estoy radiante de felicidad: es el amor él que me tiene así; lleno de positivismo y alegría. Atrás, quedaron los llantos y el crujir de dientes. Presto estoy para comenzar, de nuevo, desde ceros.
El día está triste, al contrario, mi alma está feliz y coloco la música mas apropiada para celebrar mi equilibrio emocional.
El amor ha vuelto ha dejar una marca en mi corazón. Celebro estos momentos de verdad y presto, voy a escribir, regocijado por la única razón de a quien que amo, me comprende. Después de todo es mucho amor el que brota de mi. Silencioso, abandono el umbral que va más allá de las puertas del delirio y después de pasar por él, sonrió pues la vida me vuelve a sonreír…
Es hora de reír…,es hora de dar gracias por las bellas cosas que el amor nos brinda. Después de todo, yo he comenzado, de nuevo, el camino de mi vida, llena de felicidad, en estos momentos.
Solo escucho la música. Mi recompensa, es lo que siento. La música alegre y jovial, llena mis oídos y yo ligero, escucho al cantante de turno, quien me secunda en mi felicidad. Bienvenida felicidad, a mi vida…