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LA VENGANZA DEL MURO .

Días antes de la competencia internacional, los aseadores del gimnasio lo

encontraron muerto sobre el piso de su camarín. Había sido estrangulado y su

vestimenta de, gran Dan, estaba incompleta.

Cuando, Diana, salió de la ducha la puerta del baño se trabó, sólo al tercer intento

logró abrirla. Salió rauda al pasillo envuelta en la sábana, sus pies acusaron el frío

de la cerámica, al paso siguiente la textura de algo de tela; se inclinó a recogerlo,

y se encontró con el cinturón negro de, Darío , su amado sensei.

Diana, varias veces se lo dijo: “Cría cuervos , y te sacarán los ojos .

Max ,su hijastro había aprendido al revés y al derecho todas las técnicas y estaba

convencido que el discípulo había superado al maestro; pero su maldita suerte no

le permitiría participar en el próximo certamen. Su rostro se desfiguraba cada vez

que veía practicar a su padrastro con cero falta; en técnica y en tiempos .


A, Darío, siempre le fascinó el kárate; siendo niño no se perdía ninguna película

de Bruce Lee, y de vuelta del cine comenzaba a practicar todos los movimientos

que había visto. Sus padres pensaron que sólo era un hobbie, pero al egresar del

liceo se asoció con dos compañeros e instalaron un gimnasio.

Ahí conoció a Mariana, una joven viuda, que en busca de desahogo comenzó a

tomar clases. Mujer, sensible y culta; ejecutaba con tal elegancia los movimientos

que, Darío, comenzó a fijarse más en ella y a dirigirle una que otra frase de

cortesía y estímulo. Sin darse cuenta comenzaron a intimar, y pasado algún tiempo

maestro y alumna se casaron. Mariana fruto de su matrimonio anterior aportó a

la nueva familia con su hijo, Max, muchacho bastante ególatra que viendo la

posibilidad de figuración mediática comenzó a ir al gimnasio, donde su padrastro


lo guiaba y adiestraba en forma especial.

Al cabo de dos años, Mariana, desarrolló un cáncer, y Darío, quedó a cargo de

Max, no consintiendo por ningún motivo que se fuera, pues era un recuerdo viviente

de su amada .

Transcurría el tiempo , y nuevos alumnos , de ambos sexos pasaban por el gimnasio

absorbiendo las enseñanzas del sensei.

Darío, volvió a fijarse en una alumna; después de todo era el único lugar donde

podía compartir con mujeres. Así conoció a Lorena, que siendo más joven que su

inolvidable Mariana, lo guió por senderos del amor, desconocidos para él; inevitablemente

al final del camino se casaron .

Esto no agradó, a Max , que comenzó a ver en ella un escollo, para sus

íntimos planes. No obstante que Lorena hacía todo lo posible para compatibilizar

con él; la relación no daba frutos ya que su intuición le hacía dudar de su lealtad

hacia su esposo. En cada actitud del muchacho comenzó a descubrir dobles

intenciones; hasta sus acotaciones a la hora de la cena le parecían sospechosas.

Corrientemente decía a Darío:

Este muchacho posee tiene estándar, me doy cuenta que finge hacia ti algo que no

siente; no deberías ser tan confiado .

Pero, Darío, sólo sonreía pensando que Lorena estaba un tanto celosa de sus

afectos.

Ese año fue el boom del kárate, llegaron veedores orientales; se organizaron

competencias a nivel sudamericano . Darío , campeonó en un par de ellas por lo

cual fue invitado a programas magacinezcos de la televisión lo que sirvió para que

llegaran más interesados a su academia .

Lorena, propuso a Darío mudarse a un local más grande, y por primera vez, Max

estuvo de acuerdo con ella; ambos argumentaron lo beneficioso del proyecto

logrando convencerlo.

Una vez ubicados, después de los trámites pertinentes los tres asumieron su rol

frente al nuevo desafío: Darío, infraestructura y docencia ,Max lo administrativo, y

Lorena, la decoración; para lo cual se le ocurrió bajar por Internet una escena

oriental de artes marciales; quería dar esa ambientación al recinto. Esto entusiasmó a

Darío que dejó fluir sus dotes escondidas de dibujante y pintor; plasmando en el

muro una escena de luchadores delante de un mitológico dragón.

__ ¡ Nunca pensé que me iba a quedar tan bonito __ les dijo, vanagloriándose

graciosamente de su obra.

__La mirada del dragón me da miedo, pero en globalmente; está lindo mi amor.


__dijo, Lorena, notando que la pintura de ese mural había traído un nuevo motivo

de envidia del muchacho hacia su padrastro que se hizo el desentendido, obviando

cualquier elogio para su autor.

Al abrir al público las puertas del nuevo local todo comenzó a ir de maravilla .

Darío tenía los contactos con entidades internacionales del deporte lo que le

permitió participar cada cierto tiempo en exhibiciones y competencias.

Hasta que llegó la fecha de un importante certamen internacional en el cual

debería competir un representante del gimnasio .

Comenzaron los entrenamientos y las competencias eliminatorias internas; de todos

contra todos.

Darío, compitió de igual a igual con todos sus alumnos hasta que quedaron sólo

dos contendores: Darío y Max ante el entusiasmo de todos; que hacían notar sus

preferencias por uno u otro. Pero, no se dio la sentencia anhelada por Max:

( “El discípulo, supera al maestro”) ...

El discípulo, no participaría ... ¡Había triunfado, el maestro!

Pero, quince días antes de partir al evento a Darío le ocurrió lo más inesperado e

increíble : su muerte.

Pasado la sorpresa y el dolor por, unanimidad se decidió que a Max le

correspondía por derecho propio, presentarse a competir .

Por supuesto a, Lorena, nadie le sacaría de la cabeza que Max , algo tenía que

ver en el percance de Darío y que “su hallazgo “ era un aviso del cielo.

Se hicieron las pesquisas de la policía y no se llegó a ninguna conclusión .

En tanto, Max, con inusual optimismo y desenfado; preparaba su próxima

participación con dietas estrictas y exhaustivos entrenamientos especiales.

En vísperas de la competencia, cuando los primeros alumnos llegaron al gimnasio,

No les llamó la atención encontrar todo abierto; de seguro, Maz, ya estaba

entrenándose. Pero, al ingresar al lugar de las prácticas, tropesaron con su

cadáver; pensando que el occiso, tal vez, por una caída desafortunada se habría

desnucado; llamaron primero a la policía, y luego a Lorena; quien al encontrarse

con el escalofriante cuadro, rápidamente alejó su mirada del difunto, para fijarla ;

en el muro.

Perpleja pensó: ¿será oportuno comunicar a la policía, que el dragón, que pintó ,mi

Darío, ya no está en el muro? .... V I O L E T A A Z U L.

Texto agregado el 28-04-2006, y leído por 233 visitantes. (0 votos)


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