SEXO EN TU PLAYA III
Luego de esa verde mirada, y de sentir su agitada respiración, no pude esperar más. La llevé donde revientan las olas, donde el perfume del mar se convierte en espuma blanca, donde la sal de su cuerpo sudado se confunde con la sal del mar.
La acaricié como al más delicado de los cristales, pero la tomé con fuerza, como adivinando que ella quería ser poseída y amada. La besé en sus dulces labios, y el aroma de las rosas comenzó a brotar de su piel.
Recorrí con mi lengua cada poro de su cuello, cada espacio de sus pechos y cada botón fue para mí una pausa en medio de la noche. Mordí suavemente con mis labios esos dos pequeños y delicados pezones que me brindaban la posibilidad de beber sus caricias.
Bajé por su vientre mientras mis manos acariciaban su espalda tersa, suave y perfumada. Besé su mitad como quien besa el más preciado de los valles en medio del desierto de la noche, y bajé, si,... bajé hasta su sexo por la comisura de sus labios, suavemente, mientras con mi lengua dibujaba su nombre y bebía del suave aroma de su intimidad. Mientras, mis manos estaban jugando con sus glúteos podía sentir como su agitada respiración se confundía con el reventar de las olas de su mar, su playa.
No se cuanto tiempo estuve besando sus labios, sólo se que en cada beso, su intima humedad me extasiaba al punto de perder la cordura, es así que dejé de besar sus labios para irme a su boca, y mirarla a los ojos, levantar su tersa pierna y entrar en su cuerpo al compás de nuestros gemidos que, convertidos en viento, hacían que las olas de nuestra playa fueran creciendo con los espasmos de placer....
Y clavé mis verdes ojos en tu piel, así como asegurando que en esa mirada no sólo iba un pedazo de mi, sino la totalidad de mis anhelos y deseos, que fundimos esa noche, bajo las dos lunas de nuestra playa....
(CONTINUARA)
ESCRITO POR FELIPEPAULSEN |