Capitulo 4
Kraos caminaba de un lado a otro, no sabía que hacer, pensó en huir pero había un testigo. Si la princesa daba su descripción seguramente lo encontrarían y lo decapitarían, el pobre muchacho se estremecía de solo imaginar la terrible escena.
No te sientas mal, Nardo se merecía que lo mataras. Ese depravado entro dos veces en mi habitación y fue una suerte que no me violara –dijo la princesa sin el menor remordimiento.
Entonces lo trajiste apropósito –la voz de kraos demostraba su enojo –querías que yo lo asesinara, ese fue tu plan desde el principio.
Por supuesto –respondió Anghye –por fin te das cuenta de lo obvio. Yo no estaba dispuesta a dejar que un ser tan repugnante como él gozara de mi cuerpo.
La tristeza inundó el corazón de Kraos, el estaba perdidamente enamorado de la princesa, pero nunca imaginó que esa preciosa criatura, a la que miraba mientras nadaba en el río pudiera ser tan inhumana.
Querido Kraos, no te preocupes, hablaré con mi hermano, el arreglara todo esto, te lo aseguro –dijo Anghye con una suave voz mientras se acercaba al muchacho –pero será mejor que te alejes un tiempo, sería peligroso que estés por aquí.
Kraos guardó silencio.
Pero ahora lo importante es darte tu segundo premio –la princesa tomo las manos de Kraos entre las suyas; el muchacho se puso tenso, Anghye estaba tan cerca que sus respiraciones se mezclaban; sin darse cuenta los dos jóvenes estaban abrazados, sus corazones palpitaban como si fueran uno solo, entonces de forma impulsiva la princesa besó a Kraos. Quizá fueron solo unos instantes pero para ellos sus labios permanecieron unidos toda una vida, la princesa mantuvo los ojos cerrados mientras duró el beso, pero al terminar los abrió, y lo que vio la hizo enfurecer.
Estas llorando –dijo Anghye con voz colérica –eres un idiota, lárgate de mi vista o si no…
Las palabras no pudieron salir de la boca de la princesa, era tanto su enojo que se mordió el labio tan fuerte que casi sangra. Mientras que Kraos dio la vuelta, recogió su arco y sus flechas, y se fue corriendo sin decir una sola palabra.
La princesa desato el caballo de Nardo y lo dejo ir, después desato su yegua, la monto y fustigo para abandonar ese lugar lo más rápido posible, en el camino Anghye no pudo más y empezó reprocharse.
Estupida, soy una estupida –se repetía una y otra vez –por que lo besé, por que…
Anghye detuvo el galope de su yegua, desmonto y se dejo caer al suelo, entonces comenzó a llorar, pero esta vez no estaba fingiendo, en realidad lloraba como una niña, como nunca antes lo había hecho.
Es el primer hombre al que he besado, y el muy idiota lloró –apenas y podía hablar; la niña estaba inconsolable. Pasaron algunas horas antes de que se tranquilizara. Finalmente recobró la compostura y se dirigió al castillo para hablar con su hermano.
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Entonces, Nardo esta muerto. Me alegro, ese idiota siempre aspiró a quedarse con mi reino –dijo Nohirt, el hermano mayor de la princesa, con 16 años de edad el era el heredero natural al trono, hasta que apareció Frey.
Así es hermano, por fin nuestro primo recibió su castigo –Anghye seguía de muy mal humor, no podía dejar de pensar en Kraos.
Bien, pues entonces yo arreglaré todo, no te preocupes por tu amiguito –el príncipe abrazó a su hermana –pero a cambio prométeme que pensaras en lo que te dije.
Sigues con esa loca idea, no lo puedo creer, ya sabes lo que pienso al respecto –Anghye deseaba estar sola pero ahora tenía que soportar la presión de su hermano –No me casaré contigo, esta prohibido, además ya estoy comprometida con Frey.
No quiero que nombres a ese usurpador cuando yo este presente –gritó casi con locura el príncipe, pero no impresionó a su hermana.
Esta bien Nohirt, lo pensaré pero aún no estoy segura de lo que debo hacer –dijo Anghye para librarse de su hermano.
El príncipe beso a su hermana en los labios, pero como siempre no había la menor emoción en ella. Desde hace casi un año cuando Nohirt comenzó a sospechar las intenciones de su padre respecto a Frey, el príncipe intentaba convencer a su hermana de casarse, así juntos heredarían el reino de Nesorth, pero Anghye nunca accedió. La última idea del príncipe fue seducir a su hermana, pero eso era aún más difícil que convencerla con palabras.
La princesa se despidió de su hermano y se retiró a su habitación, se acostó e intento dormir pero no lograba conciliar el sueño.
¿Por que no puedo responder a los besos de mi hermano? Tampoco pude responder a las caricias de Nardo. Pero si pude besar a ese niño e incluso lloré por él –la princesa tenia el recuerdo de Kraos clavado en el corazón y eso la molestaba muchísimo.
Anghye se prometió a si misma no volver a sentir nada por ningún hombre, ni siquiera por Kraos, y aunque sabía que algún día un hombre poseería su cuerpo ella no le daría el menor placer. Al final se quedó dormida mientras lloraba.
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