MADRE.
¿Porque no aprender la lección?,
¿Por qué nos cuesta o tardamos
en aprender la lección de nuestras madres?
Las madres son un caudal
de virtudes y enseñanza permanente,
teniendo cada una
un estilo para prepararnos
para afrontar la vida y
resolver con certeza
las vicisitudes
en nuestro andar y aprendizaje.
Decir madre:
es decir amor;
así como encontramos
tantos sinónimos y definiciones
con la palabra “amor”,
igual pasa cuando se nos pide
definir a nuestra madre.
Podemos llenar un cuaderno
o escribir un libro, solo definiendo
lo que es ese ser maravilloso,
que nos ha regalado Dios;
como símbolo de amor y grandeza,
a imagen y semejanza.
Porque no aprendemos
la lección de nuestra mamás,
que es el de ser hombres y mujeres de bien.
Predicar
el amor y la verdad,
no la guerra ni el odio,
ser líderes y ejemplo
de las nuevas generaciones,
amar a Dios
y a nuestros semejantes,
apartarse del camino del vicio, el engaño
y pare usted de contar las enseñanzas
y consejos que nos dan y machacan cada día;
para dejarnos su lección
cuando por algún motivo,
ella no esté a nuestro lado.
Aprovechemos el momento
cuando esté a nuestro lado
para decirle cuanto la queremos,
bésala y comparte con ella
todo lo que le puedas brindar,
nunca te va a pedir cosa que no puedas dar,
llévala a pasear al cine,
al campo, playa, a bailar, comer, etc;
regálale rosas,
no esperes que muera
para llevárselas al cementerio,
porque no va a disfrutar del aroma
ni la bellezas que ellas representan;
no la hagas sufrir
ni le des mala vida,
porque no tendrás perdón de Dios,
ni de los hombres.
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