Me veo en el espejo, observo, miro y pienso, siento una soledad que traspasa mi cuerpo, me siento débil, confuso, ciego. Contemplo de nuevo mi alrededor y noto lo vacío que esta aquí dentro, hay algo que me falta y me hace un ser incompleto. De pronto quiero salir corriendo, y buscar algo, o alguien; tengo una gran ansiedad incontrolable que me obliga a mostrarme inquieto. Pero sé que eso que me falta eres tú, tú con toda tu belleza y presencia, con tus dolores y decepciones, con tus errores y defectos. Tantos años de conocernos, y nunca hemos hecho nada al respecto, creo que es por timidez o por miedo de destruir lo que nos tiene lado a lado en el Mundo, en el Cielo, y hasta en el Infierno. Cada vez que trato, cada vez que intento, quiero tenerte a ti sólo para mí, y yo sólo para ti, solos para ambos, sin nadie más que sepa de ello. Es ahí donde me doy cuenta de que tal vez todo sea un simple y efímero sueño. Sueño en el que quiero, amo, deseo y espero. Sueño que quizás nunca sea real, tangible, cierto. En mi imaginación y en mi corazón creo firmemente que cuando hay esperanza, también hay sufrimiento. Pero sabes, creo además que vale la pena esperar por ese instante suspendido en el tiempo; en el que por fin estaremos juntos como deseamos, juntos como queremos. |