Quiero contar una historia, una historia que aún transcurre y no acaba, una historia que aún no posee fin concreto y sólido, una historia que no acomete en la vida de nadie, ni toma de los ambientes circundantes la magia que corrompe el aire al atravesar las calles narradas al caminar. Una historia que como todas se escribe paso a paso, letra a letra, mirada a mirada y palabra a palabra. Una historia de la cual cuyo escritor aquí se manifiesta incomprensible y corriente, humano, instintivo, apacible, agónico, vivaz y sórdido, burdo, talvez vacuo de entendimiento, pero lleno de palabras a expresar y emitir, gritando, cantando, escribiendo, pintando, actuando, regalando y siempre esperando.

Escucho un tema de Yann Tiersen y la historia toma otro matiz, una pintura rupestre pero a la vez la obra más sublime pintada por Picasso o Goya, una emancipación de hechos y acontecimientos que rodean mis sentidos que cubren mi poco y casi escaso entendimiento de lo acontecido, pero es mi historia, es mi obra.

Dicen que el tiempo es relativo que inclusive no existe y puedo decir con creces que lo he experimentando de forma tácita y empírica. Cuando pienso en esa historia el tiempo se detiene y pienso, pero de inmediato la realidad hace que el tiempo sea veloz e infinito, un cometa lleno de estelas numéricas, horas, minutos, segundos y que muchas veces no me dejan narrar de manera conciente y tranquila. Sin embargo, cuando observo la historia escrita, aquel manuscrito de piel serena y tibia, esa narración de cabellos al viento olor a mareas afectadas por la luna, ese canto al oído sutil, ese susurro del viento en manos retraídas y de corazón mudo, ahí es cuando el tiempo se detiene y para mi no existe. Quiero expresarme, pero no quiero caer en la majadería, quiero narrarte con mi mirada, que todos sepan que escribo y poetizo al pensarte y al mirarte, que te leo de pies a cabeza, que cada cabello tuyo es una estrofa, un verso delicado, un cántico al viento poderoso, que tu sonrisa es vivencia entre labios, que eres la historia que quiero leer por siempre y que quiero seguir narrando.

No me canso y simplemente no me canso, la mejor historia de todas, el mejor verso buscado, la canción perfecta al oído, el baile más sincronizado de siluetas, la sinfonía de cuerdas más limpia audible, es la que se escribe cada tras paso que das, la que leo cada vez que despierto y me acuesto por las noches, esa historia es la que quiero contar, esa historia que aún no puedo terminar y que no deseo nunca su libro cerrar, esa historia es la que narro con cada letra, aunque cada letra que narre sea minúscula ante tal majestuosa y suntuosa historia que eres. Solo quiero leer y leer, que esas palabras en piel serena sean eufóricas de ser tocadas, quiero seguir narrándote sin tapujos ni fines y solo pensar que algún día seré parte de toda esa historia, aunque simplemente sea un punto suspensivo o el fin de un capítulo, quizá alguien luego lea y se de cuenta que fui parte de ella.

“Unido sin pensar ni buscar palabras para encontrar, solo escribo con el lienzo de mi imaginar, que algún día esta historia será parte de mi libro vivir que aún no termino de narrar”