Nunca el retorno
salda la faena
de cómo explicar el
silencio de los ojos.
Al agua
de
tus
pájaros
¿cómo ceder las manos?
Nuestro amante
desde el inicio
simuló
que el salitre lavaría las cadenas
Este Himno de conocernos esclavos
reparte a domicilio su efecto placebo
Me empeño en desleírme con cada segundo
Una tortuga sin patas cae
Goza el hábito de
germinar
toda madrugada.
Texto agregado el 27-04-2006, y leído por 216
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
22-05-2006
uhhh este si qeu me gustó! tambien quedo media mareada... pero me gusta!
escolastica
10-05-2006
Esto parece de locos. Lo siento hermano. Tirano
08-05-2006
Todavía es un tartamudeo, me temo. Anuncia apenas el desvarío, ero no se atreve al abismo. No descubre aún los demonios que puede soñar esa tortuga apenas preñada. omeros
06-05-2006
uff!! dices tan poco en apariencia q tu discurso se me hace inalcanzable...pocas pistas para un lector torpe. Se agradecen poemas como este. saludo apeman