Perrejil.

Marcos siempre admiró las mascotas exóticas, tuvo de niño, la suerte de conseguir a un perro muy especial. Resulta que un día su mamá lo llevó a comprar una boa que él deseaba tener, pero en la tienda de mascotas vio en una camada de cachorritos a un perrito verde. Pero no verdoso o enmohecido; completamente verde, de lejos hubiera parecido un pequeño aguacate.
No pudo evitar quedar completamente asombrado por aquél animalito, el cual ni siquiera sabía lo que pasaba, ni sabía tampoco qué es ser verde. Marcos lo compró y lo cargaba siempre en una camita roja; “Es que le da más contraste”, decía él.
De no ser por su color, hubiera sido un pequeño terrier de pelo corto común y corriente, pero era el centro de atención a donde quiera que fuera.
-Qué lindo animal, ¿Cómo se llama?- Le preguntó una chica muy atractiva a Marcos una tare en una plaza.
-Perrejil- le dijo él.
-¿Cómo el condimento?- Dijo ella haciendo memoria.
-Sí como el condimento. Hablando de condimentos, ¿Te gustaría salir a cenar conmigo esta noche?-.
La chica aceptó y Marcos le dio a Perrejil una ración extra de croquetas esa tarde.