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Inicio / Cuenteros Locales / Keiji / 430) Mi memoria de Tania.

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No siempre quise a Tania, pero siempre me gustó, y cuando la quise, lo hice con suficiente fervor como para no olvidarla nunca. Recuerdo vagamente el cómo nos conocimos, pero si de algo estoy cierto, es de… que desde que se acercó a mí, lo tuve claro, ella me atraía. Supongo que como se fueron dando las cosas, me demostraron acaso y de algún vago modo que yo no le era indiferente, pero eso era obvio, casi siempre que las mujeres que han entrado en mi vida, llegan a conocerme, (las pocas por cierto) optan por la vía fácil de desatenderse de sus obligaciones y contratos interpersonales que lleven otros nombres. (Ahora y después de tanto, me doy cuenta de que ella ya estaba comprometida cuando nos conocimos.)

Este no fue su caso, porque desde el principio de sus conversaciones me convenció de que entrar podía, pero de que ella le dejara a él, eso nuncamente. Supongo y sé de cierto que fuimos muy felices en esos días aquellos en que no nos alcanzaba ni el tiempo para saborearnos ni la distancia para extrañarnos un poco, pero con todo y eso nunca me supo a suficiente, las cosas vistas a la distancia siempre lucen más claras o más oscuras de cómo lo son en realidad, más o menos me pasa lo mismo con los besos, no recuerdas el sabor, pero sí lo que producían, por más que no puedas reproducirlo nuevamente.

Recuerdo que desde nuestro viaje, las cosas empezaron mal pero cómo mejoraron a medida que nos conocíamos, siempre me decía cosas al oído, y yo me estremecía entre sus brazos, y cuando dormimos juntos sin que nada pasara fue bastante bueno también, aún tengo su imagen regresando del restaurante, caminando entre la gente mientras con la mirada me buscaba, ansiosa, lista para darme un beso.

Cuando regresamos a la ciudad, no hubo la ocasión de formalizar de modo alguno nuestra extraña relación, pero eso vendría más adelante, y como uno no sabe todo lo que va a pasar, entonces no espera llegue a tanto. Cuando por fin cortó con su novio, no hubo tampoco entonces la ocasión para que lo fuésemos como nunca antes, pero nunca dije nada, me era suficiente y pleno es estar a su lado, sin nombramientos, ni cargos ostentosos de novio o prometido, o algunas de esas nuevas denominaciones que no dicen nada, y menos al traducirlas.

Muy poco tiempo después de la buena nueva las cosas empezaron a cambiar otra vez, ella se veía más jovial e iluminada, más pulcra y más alegre, pero sobre todo más viva, y que no tuve cambio alguno, supuse acertadamente que no se trataba de mí… que poco a poco me marchitaba. Un buen o mal día, azul o gris depende de cómo se vea, me dijo que teníamos un problema, que necesitábamos hablar, y por supuesto extrañado pero cierto supe que lo peor apenas comenzaba.

Comenzó con los pretextos habituales, del tiempo, (del mío principalmente) de las ocupaciones, de las arañar, bla, al poco rato me dijo que estaba segura que así sería mejor para todos, y que mi mejor amigo hasta en eso coincidía nuevamente con mis gustos… Vaya sorpresa saber de quién se trataba, pero ni una mueca del dolor que me invadía salió por mi rostro, que se convulsionó hasta el llanto de camino solo a casa.

Pasó un mes de preguntas absurdas y sin respuestas y de pronto por la mañana sonó el teléfono, era ella y quería verme en mi hora de comida del trabajo, accedí, de todos modos no podía evitarla y así tuvimos nuestro encuentro; no dijo nada, no se disculpó por haberme lastimado ni me aclaró el por qué de su fracaso, nada dijo al respecto, sólo me besó, y como nunca dejé de amarla no supe ni como si no quería, evitarlo.

Volvimos a las andadas, sólo que ahora ella era la que pasaba por mí o al trabajo o bien a la escuela, y si nos daba el tiempo, nos dirigíamos a un parque cercano. Ella siempre fue más prudente y más conservadora, de todos modos a ella era a quien se le notaba más la desnudez del pecho bajo la gabardina con que me cubría mientras la besaba y la recorría ansioso como siempre por saborearla, desnuda y disponible, a mi alcance de nuevo.

Lo más singular del caso es que no volví a saber de ella si no era por que me buscara, y desentendido como fui siempre en mi juventud, nunca le llamé ni pregunté nada, era mi modo de estar para ella sin ser una lapa que molesta con preguntas sin sentido, de esas que solo denotan inseguridad, y siempre tan confiado como siempre, me limitaba a esperarla.

Poco después de que sus ausencias se hicieran más y más prolongadas, regresé a la ciudad y cuando pregunté por ella, supe había tenido un percance, mortal por cierto… yo ignorante de todo ello me ausenté por seis meses sin preguntarme nada, pero ahora entendía el porqué de mis sueños al respecto y mis imágenes matutinas de su mirada junto a mí; al no encontrarme acudió a preguntar por mí con una amiga suya, que le comentó me encontraba en el extranjero estudiando, y por tanto tardaría algo en volver, uno de tantos días su novio encontró las cartas que me escribía pero nunca enviaba y despechado la mató.

Nunca me pude haber imaginado tal cosa, primero porque yo estuve siempre en el supuesto de que le había dejado, y en segunda, mas nunca pude siquiera llegar a imaginar que tal sorpresa hubiese sido el enterarse de nuestros emotivos encuentros, porque después de todo ahora el que pasaba a ser el amante era yo, y sin enterarme de nada me fui tan tranquilo a estudiar tan lejos.

A mi vuelta visité a su familia pero ya se habían mudado, la casa les traía demasiados recuerdos de Tania y mas nadie pudo darme razón de su paradero, y en mi memoria de ella, no recuerdo más otra cosa que su tierna mirada cuando a mi puerta llegó y sin decir más nada me besó, fue entonces que comprendí que era a mí a quien amaba, y lo carnal y lo furtivo de todo ello, era sólo el decorado que admiraba yo.

Texto agregado el 24-04-2006, y leído por 136 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-04-2006 Los nombramientos y cargos ostentosos de novio o prometido tienen un por qué. Por algo se quedó con "él". cirele
24-04-2006 Bueno! Me gustó. **** cirele
24-04-2006 Casi me haces llorar. Me gusta eso de ``estar a su lado, sin nombramientos, ni cargos ostentosos de novio o prometido, o algunas de esas nuevas denominaciones que no dicen nada, y menos al traducirlas.´´ ¿Por qué regesmos a donde no funciono una vez.? siempre me lo pregunto. andyengel
 
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