Hoy te vi, tan fuerte y sincera como siempre, con esa sonrisa que me enamora y con esas palabras de aprecio que siempre recibo de ti.
Me mostraste a tu hija, y contemple lo importante de trasender en esta vida, mire tus ojos llenos de esperanza, vida y tu silueta forrada de esa piel que me incita a algo más que tomarte de la mano y besarte la mejilla.

Veo tu rostro que lleva algo de tristeza y me cuentas cuan díficil es nuestra situación en el amor. Yo, escucho con atención cada palabra que dices y mi corazón cansado de suspirar, grita en absoluto silencio que te quiere junto a él.

Me cuesta mucho saber que fuimos el tiempo y el momento, me duele profundamente tener que aceptar ese hecho irremediable, tan irremediable como lo que siento. Pero para ser honesto lo que más me lastima es no haberlo intentado.

¿Quién dice cuando es momento y el tiempo, sino uno mismo?, pero responder a esto requiere de valor que en el fondo ni tu, ni yo tenemos.

Me has preguntado que si es probable que alguien más que tu marido se fije en ti con el peso de lo que llevas cargando, dentro de mi pregunto, por que precisamente requieres que responda, la respuesta aqui la tienes, solo es cuestion de tiempo y del momento.
No sabes cuanto me arrepiento de no haberte besado con todo mi amor...esa noche que fue nuestro tiempo y nuestro momento, tal vez solo talvez hoy estaríamos jugando a ser felices.