Hubo un día en que Omar, sentado en su mecedora, se dio cuenta de la soledad que lo circundaba, de que cada objeto a su alrededor era solo un adorno en su vida, lamentablemente esto después de 87 años de sudoroso esfuerzo bajo la luz del irradiante sol, ¿que fue lo que paso por su cabeza en ese momento?, si lo supiera lo diría, solamente su expresión mostró signos de frustración, un desencanto con el momento, con la vida que había vivido, un desencanto con lo que tenia alrededor, aunque no fuera mucho, su biblioteca, su casa, su mundo, fue en ese momento en que cerró los ojos resignado a abandonar su existencia, pero no pudo conciliar el sueño eterno, ¿porque tiene que terminar así la vida de un hombre?, se pregunto, y se estremeció un instante bajo su manta, pienso yo que fue por enojo hacia su situación, tomo el vaso de jugo de naranja que estaba sobre la mesita estratégicamente situada a su lado, bebió el sabor ácido, y lanzo un suspiro, la satisfacción recibida con ese trago le hizo dudar de sus pensamientos, si fueran solamente objetos que no tienen ningún sentido, ese placer al tenerlos, al leer un libro, al dormir en su cama, al tomar un vaso de jugo de naranja, no seria real, pero a pesar de eso, ese placer fue el que lo mantuvo vivo. creo que en ese momento se dio cuenta que la vida no cuenta por si misma, si no por el giro o matiz con el que sus ojos la miraron. una gota de jugo quedo en el vaso, y después que thanatos cantará su canción en esa fría noche, muchas noches pasaron |