Recuerdo estos recuerdos como si hubiera sido ayer el dia en que los viví. En mi memoria estan tan frescos, que recordarlos es como volver a vivirlos.
Sé que habia sido un infeliz, por que destruí las vidas de un grupo de personas. Estaba en una carcel, fria y oscura.
Cuando entre a prisión, por asaltar un colectivo para alimentar a mi familia, era víspera de Navidad.
Nunca pense decir, que cuando me colocaron en la celda, senti mucho miedo; miedo de que mi familia me olvide y de ser despreciado por la sociedad.
El dia 23 de diciembre, todos los demas reclusos les llegaba la noticia de que iban a recibir la visita de sus seres queridos; todos, menos yo.
Al anochecer, todos los presos festejaban el nacimiento del Salvador con sus familias, otros hablaban por telefono con ellas o leían sus cartas con grandes sonrisas en el rostro. Todos, absolutamente todos, menos yo.
Al otro dia todos lucian sus nuevos regalos: corbatas, prendedores y sombreros; todos, practicamente todos, menos yo.