La gente no le dio oportunidad alguna: el sólo quería ser libre en su mundo.
En aquel mundo en que nadie te dice que hacer, que decir o que sentir.
Un significado diferente de sociedad que no existe en éste mundo tan cegado.
Este veneno acaba con la inspiración que nos hace olvidar lo que realmente queremos, y lo que realmente buscamos.
Todos debimos de haber sabido el rumbo de la vida, nuestra función, el porque de estar aquí, pero cuando nacimos nos hicieron olvidar instantáneamente: nos impusieron un lenguaje que no es suficiente para expresar nuestros pensamientos y sentimientos. Todo se fue.
Cuando éramos niños todo estaba bien, no sabíamos nada más de lo que pasaba en nuestro mundo, no conocíamos lo que ahora se llama “realidad”… existía un cielo azul porque así lo queríamos, más no porque la gente lo dijera. Entendíamos perfectamente lo que era la vida pero entre más crecíamos, más perdidos estábamos.

El sólo trató de respirar debajo del agua humana para tratar de revivir lo que habíamos perdido, pero al no encontrar nada en el vacío se dio cuenta de que ya era imposible de recuperarse, que era prácticamente obligatorio vivir ésta realidad, funcionar como la sociedad dividida e imponente que existe ahora y así será hasta el día de nuestras muertes- él adelantó la suya (hay mucho por vivir: “vivir es increíble” pero ¿de qué sirve tener una vida artificial sin libertad alguna?).

La gente es adorable pero la pasión ya se fue o talvez nunca existió; talvez fue sólo otra creación de la mente como aquél cielo azul…