La casa en el valle florido y cubierto de árboles abriga. Un río tranquilo a la vera pasa dormido sin cauce Y la furia de la nieve en pendiente fluye. Ya no hay valle ni flores sólo un río sin destino. Y los hombres volvemos a la vera sin cauce. Y los hombres volvemos a lo mismo como piedras.
Texto agregado el 22-04-2006, y leído por 200 visitantes. (11 votos)