¡Oh dolor!,
porque te haz apegado tanto a mí,
Dejándome ahogada,
En este mar de problemas,
Obstáculos de la vida...
Sin consuelo
me depositaste en el suelo,
aunque cuidadosamente,
tomaste mi mano,
y así
te infligiste en mi,
dejándome un gusto a sequedad,
cabizbaja,
caminado por la luna,
con peso en mis manos eterno...
Oh dolor,
Sal de mí,
Ya estoy suficientemente herida,
Para continuar en esta guerra
Contigo,
Ríndete dolor,
Ríndete,
No vale la pena seguir en mí,
Ríndete y vete lejos,
No confío en ti, dolor,
Tu ausencia traería tranquilidad,
No eres un buen invitado,
Vete lejos,
No quiero sufrir por ti jamas...”
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