Yo era un pobre infeliz Yo creía que lo mejor en el mundo eran las drogas y las putas Yo robaba y maltrataba a mi familia Hasta que conocí ha Jesús Nunca mas he estado solo Porque ahora Jesús me acompaña en mi infelicidad Jesús guía la aguja con la que me pincho su infinita misericordia me perdona cada ves que violo a mi hijastra Y antes de irme de putas siempre rezo una oración
Texto agregado el 21-04-2006, y leído por 187 visitantes. (1 voto)