Una brisa con instintos natos de barbarie,
Dos individuos enfrentados,
Una relación erosionada por las diferencias,
Una coincidencia, la sangre.
Torrentes sanguíneos de una misma raíz,
Separados por en una situación desagradable,
Sustentados por un rencor,
Enemistados por el mismo amor que los unía.
Uno de ellos mayor, con experiencia y sin demasiado por delante,
El otro, joven, con tiempo de sobra y con necesidad de un futuro prospero,
Exiliados los dos, uno de otro,
Ambos anhelando una reconciliación, sin admitir derrota alguna.
El tiempo, condicionante en esta lucha,
Decide que uno de ellos debe partir,
Un final inmediato se acerca,
Sin embargo ninguno de los dos planea rendirse.
Finalmente una carta,
Un sentimiento,
Un perdón,
Volvió a unirlos,
Ahora a la distancia,
Dos elementos,
Dos encastres perfectos,
Dos mitades,
Un corazón,
El mismo sentimiento que los había unido siempre.
Adiós hasta pronto. |