(Para tía Mónica y sus recuerdos de ayer...)
¿Quién no ha caído despierto, en la mejor parte de los sueños?
"La mesa se ha vestido con su faldón dominguero de lino largo. Unas violetas azules la adornan junto a un gran candelabro. Hasta el aire de esta noche se ha puesto más perfumado en la casa de mi novio, donde hoy piden mi mano (pues todo el resto ya lo he dado).
Don Octavio a la cabecera de la mesa está bien sentado, con un traje que doña Azucena le debe haber almidonado. Y ésta, en su pecho se ha colgado un collar de perlas que a los sesenta y pico años, ya le comienza a quedar ajustado. Marcelo y Pedro, los mellizos me trajeron rosas junto con una sonrisa cómplice por no haber delatado la sorpresa, que mi novio para hoy, en secreto me había preparado.
Hasta al perro de mi novio (me refiero a la mascota),hoy lo han bañado! por fin no apesta a velorio trasnochado y su lengua que normalmente chorrea amor líquido sobre los muebles, trajes y manos, parece que hoy por respeto la ha guardado.
Nos sentamos, uno a uno en el lugar indicado de la mesa que lleva nuestro nombre engravado.
Entre amigos, cuñados,cosanguíneos, muertos y heridos somos quince y medio ( porque hay un comenzal extra, bien camuflado dentro de la más soltera y vírgen de mis cuñadas).
Mi novio, tan ardiente, romántico, guapo y adorable como siempre está sentado a mi lado.
Nuestras miradas transitan sobre el mantel, entre alineadísimas columnas remedando un desfile militar de cubiertos y cristalería, mientras nuestros dedos se besan por debajo del mantel.
Don Octavio hace sonar su copa, interrumpiendo la distracción de los distraídos. De repente la distancia entre el bullicio desordenado y las conversaciones alturadas se acorta.Todos miran en silencio a la imponente gruesa y formal figura de mi Don-futuro-suegro.
"Llegó el momento esperado" -me digo felíz.
"Querida familia...." comienza el discurso Don Octavio mientras alza una copa de vino que hace las veces de micrófono tinto. Por alguna razón mi cabeza vuela lejos de ese momento, y me transporta a la fogoza intimidad perfecta que compartíamos anoche los dos – “…éste es un día muy especial para todos los reunidos aquí…” – de pronto las miradas sonríen cómplices y a coro contra mí- “ Mi hijo Octavio Junior ha expresado su más hondo deseo de ..” - ya no estoy ahí más…me encuentro zambuída en otros recuerdos más lejanos aún… tan distantes de esa mesa ahí reunida… que me siento turista dentro de mis propios pensamientos…estoy llegando al primer día en que nos conocímos, un día tan mágico que no existe en los calendarios…quien diría entonces que éste día felíz al fin llegaría ?
De pronto las voces y caras de los gemelos, de la cuñada con pasajero secreto, de Don Octavio grueso, se licuan junto con mis sentidos… qué me pasa? No entiendo nada…me iré a desmayar acaso? Estaré a punto de hacer un papelón producto de esas cuatro pastillas para relajarme que tomé antes de salir de casa?…
Sólo una voz clara al fondo se distingue entre todas…
:- Amooooorrrrrrr!…parece que te quedaste dormida, te apago la tele?
- Ah! Bueno sí, no me dí cuenta de la hora! Gracias Felipe.
- De nada, amor.
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