tu andar de entre casa, en cualquier parte que te encuentres, me provoca una rabieta inmediata,
que luego se dicipa, cuando comienzo a caer enamorado.
tu silueta que nunca no para de levar,
a mi personalmente, me comprime la garganta,
se me chupa el paladar, y me muerdo como un tonto.
de tus palabras, solo se escuchan las vocales,
tus voz suena, como una sirena de fin de años, entre copas y brindis, y risas de alegria,
y yo tengo que adivinar lo que dices, por la falta de consonantes, aturdido ademas, por un mambo tremebundo, que me provoca tu presencia.
los anillos, de los dedos de tus pies,
te obligaran a andar descalza, y el frio que pronto vendra, enfriara tus extremidades delicadas.
tu nariz, esculpida por un poeta, separa la frente, ovbio, de tus labios mojados, y tu piel blanca, cubre como una mascara, esa alma de comadrona, que llevas como poseida.
a mi me da a pensar, que puedas ser, una reencarnacion de Maria,
pero esta aburrida comparacion, morira, en un silencio intimo, que prefiero hablarlo mudo, luego, conmigo mismo.
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