El cazador atrás de su presa. La ha seguido desde hace quince días.. Lo mínimo para dormir, cree estar llegando a su cometido. Está a distancia de tiro. Sus colaboradores atentos, el fotógrafo especializado para las instantáneas, su pulso firme.

Se siente el hombre-sol, no hay humanidad, es él, exclusivamente él.


¿Tenia qué haberme llamado? Se pregunta. Se cerciora que el teléfono funcione.

Nada, nada.

Desesperado hace fuego, el ciervo se asusta pero enfrenta al cazador. Este loco, dispara varias veces más. Con toda tranquilidad la gran estampa del ciervo se oculta lentamente en las sombras.


Ahora vencido, muy destrozado llama él. “Este cliente ha cancelado su número no pertenece más al abonado gracias”


Desde el flamante celular, ella llama a la Agencia de Viajes, le pide un pasaje a París, claro First class, pasaje de ida. Cuelga, se oculta lentamente en las sombras como el ciervo. Y parte.