Hoy amanecí enfermo. Tengo nuevamente esa sensación de presión en el pecho, el nudo inexplicable en la garganta, y por supuesto, esas inmensas ganas de llorar... me duele el alma. Creo que no es el mejor día para tirarme de bruces al sol y conversar largamente con el astro los temas que tanto me he guardado. La rodilla izquierda sigue haciendo sus estragos, y de vez en cuando la puteo despacito, y parece que entendiera, porque me deja desvalido una buena cantidad de tiempo... creo que la edad se está subiendo por los ramales de mis temores y por eso me estoy sintiendo viejo, aunque sólo tenga 39... pero ya me lo decía la abuela: –el día que estés realmente sólo, envejecerás sin remedio–.
Mi aspecto no es el mejor de todos, creo que esta imágen del espejo es la confirmación a mis sospechas de estar enfermo, además de loco, triste, y por qué no?, exiliado de este mundo.
Ahora, escribiendo esta página de mi vida, con los ojos cansados miro mis manos, mucho más cansadas que antes... y pensar que ellas tocaron sin limitaciones los senos, los labios, los dorsos que esperaban ser tocados, y ver cómo concluyen en esta pobre recopilación de arrugas que aún intenta ser piel, y reconocer que el tacto ha desmejorado y empiezo a depender meramente del recuerdo.
Ah, pero mis ojos no se escapan a la lista del desgaste, esto de escribir durante doce años a media luz, ha variado notablemente la calidad de lo que entra por mis ojos, por eso me remito empeñadamente al recuerdo, y para esto, me dispongo con los ojos bien cerrados.
Pero no todo es malo, las fuerzas han aumentado considerablemente y ahora soy mucho más objetivo, he venido a descubrir –justo en este sitio–, que desde el principio estuve sólo, que adán no es hecho con barro sino con mierda, por querer tirarle a eva lo de la manzanita, generación tras generación...
Hoy al igual que ayer, las meditaciones se interrumpirán dentro de poco, cuando venga el guardia de turno a joderme el día desde temprano... pero quiero sorprenderlo... la cárcel que me ha alojado tantos años se quedará simplemente con mi sombra y mi rasguños, además de mis orines y mis quejas...
En fin, ya he pensado bastante y llorado bastante y amado bastante
y perdido bastante y sufrido bastante y todo bastante... pero hoy, es un buen día, para morir
por primera vez. |