Miraba el techo y pensaba en todos los sucesos del día, en los engaños, las mentiras, las promesas. Es que lo prohibido causa tanto placer, y es que tal vez tanto gozo vale la pena,¿pero de quién?.
El no sentia pena, arrepentimiento quizás, pero pena en lo más mínimo, ¿ella?. Ella menos, aun sentia el calor de sus labios, la tibiesa de sus besos y el frío de sus manos recorriendo su cuerpo.
-¿Qué hay de malo?, una y otra vez se preguntaba, no encontraba respuesta en ningun lugar de su mente ni su corazón. Tal vez, el que elle sea de otro, y yo a otra le pertenezca sea la maldita respuesta, si eso debe ser. L pregunta ya tiene solución, pero el daño no tiene reparo, aunque yo no se lo que hace ella todo el día, eso, no sé lo que ella hace.
Tengo repuesta, tengo excusa y tengo sueño. Cerro los ojos y se durmio. |