El sonido seco ahogado del mar al chocar con las rocas, era algo diferente ese día. Las olas se abatían en la pedregosa costa y en el cuerpo inherte sin distinciones.
En rasgos generales tanto la vida como la muerte presentan las mismas características, y cuan diferentes son las consecuencias de una u otra.
El mar lo intentaba una y otra vez con toda su fuerza; le movía un brazo, la mano, sus senos. Pero nada ni nadie podía devolverle la vida a la joven Maite.
Un delgado hilillo de sangre se escurría en el verde del agua, y se perdía en la espuma blanca. Así es como de a poco se diluía todo lo que pudo haber sido. Ese era el vacío mas profundo. Todo ese conjunto de posibilidades forman parte de la vida.
Poco importaba por qué lo había hecho. Aunque la razón fuese un tonto malentendido no aclarado a tiempo.