Ahora, sentados a la mesa de un café, me cuentas que te has enamorado; mi mente se nubla y divaga y solo puedo escuchar frases como: “…hacia mucho tiempo no sentía algo así…”, “…estoy enamorado…”, “…la amo tanto”; ilusa de mi que esperaba la petición de “otra oportunidad” o por lo menos un “te extraño”.
Continúa la plática, ¿como has estado? “late tu corazón o esta quieto? como decirte que mi corazón quedo congelado con tu “así no podemos seguir”.
Siento un nudo en la garganta y no logro articular palabra solo te miro y mi cerebro no asimila tu retórica, lo que antes fueron “mariposas en el estomago” ahora son un dolor agudo y tremendo. Mi café favorito – un capuccino- sabe a agua al entrar en mi boca.
Sigo escuchando frases como “me tiene atrapado”, “atardeceres mágicos” “mucha pasión”…. estoy en el momento en que justo aquí, quisiera que se hubiera inventado un mecanismo de desaparición instantánea para no tener que despedirme y dar una amplia
explicación del “que me pasa”
Intento desviar la conversación, pero esta vuelve por el mismo camino no me escuchas, te intento decir el dolor que siento pero tu estas demasiado feliz para entenderlo, así que decido hacer un esfuerzo y tratar de hablar del tema, felicitarte, si por que no? y decirte que disfrutes tu amor que lo grites al mundo que te dejes llevar que no te resistas que esto no sucede todos los días.
Va cayendo la tarde y tú hablas de Ella como si la octava maravilla fuera ( no es envidia, de verdad) pero….me duele tu felicidad, un día te creí mío, un día casi lo dejo todo por ti y ahora…… eres tan inmensamente ajeno no te reconozco.
Termina la cita cada quien sigue su camino “ tal vez …después… bajo otro cielo” es tu despedida yo ya ni siquiera escucho me apresuro a salir necesito aire Contrastes… tu sonrisa.. …mis lagrimas contenidas..un rictus de dolor en mi cara un apretón de manos un beso en la mejilla un …hasta luego….
Xalapa, Ver. Mex. 19-04-2006 |