La mayoría de los cines triple XXX, o pornográficos, quedaban en el centro de la ciudad y también por las afueras de este. Presentaban cualquier cantidad de películas de morbo y las más famosas, eran las protagonizadas por la Chiciolinna, una italiana que creo, fue la primera que comenzó a mostrar las aberraciones del sexo, por allá en los ochentas.
Nosotros, con mis amigos, nos íbamos a mirar los cortos de los films de aquella época y a cada lado, se paraban las prostitutas, esperando que alguno cambiara el dinero de la entrada, para mejor estar con ellas. Eso no se podía hacer, pues la boleta para el cine era más barata, así, que, ellas de todas formas esperaban el paciente de turno que tuviera el suficiente dinero para divertirse un rato.

La primera película de porno que vi, fue una que, estábamos esperando mi hermano yo, pues la anunciaron por la televisión de nuestro país. Esperamos hasta las doce de la noche y la vimos: lo único que mostraron, fue una mujer bonita, semidesnuda, en una tina.

Tiempo después, cuando toda la familia fuimos a ver, una película de machotes mexicanos, por error, colocaron una de sexo, que trataba de un vampiro, que a sus víctimas les hacia el amor. Todos mis hermanitos y yo, salimos todos tristes, pues nunca habíamos visto algo parecido. En estos momentos, le mando fuertes madrazos, a los que nos colocaron semejante film, delante de niñas y niños.

Nunca me gustó ir a esos cines, pero mi hermano mayor me cuenta, que en ellos se la pasaban muchos ancianitos y que cuando prendían las luces, para el intermedio, se tapaban la cara con periódicos, los ancianos, talvez tratando de disimular su aberración. Mi hermano me decía que ellos iban a esos cines, no ha recordar tiempos pasados, sino a ver, lo que nunca pudieron hacer, cuando eran jóvenes.

Tengo suficientes justificaciones para no arrepentirme de lo que he hecho en mi vida sexual. Lo que si es que, no quiero y creo que eso es así, convertirme en un viejito de esos, que iban a ver porno, por no haber podido hacer lo que en su juventud, no pudieron hacer. Los tiempos cambian, pero le pido a mi Dios no volverme un viejo verde, pues, aunque todavía no lo soy, detestaría ese roll. Andar en esas, cuando ya vamos a morir…, prefiero no pensar que será de mí, pero desde hace mucho tiempo, no veo películas de sexo o algo que tenga similar parecido.