Esta historia que paso a continuación a relataros me ocurrió hace algún tiempo. Todo comenzó un lunes en el que esperaba en la salita a que perpetrasen a mi ratón. Hacía algo de frío, pues no tenían puesta la calefacción, y se acercaba diciembre, así que decidí entretenerme un rato saltando a la pata coja (alternando un pie con otro, que mola mas). La verdad es que no me entretuve nada, ni un poquito, y tampoco conseguí calentarme. Me volví a sentar y mis ojos repararon en una mierda de revista que descansaba bajo la pata de una mesa, a la que evitaba balanceos. Se llamaba “cocina para hooligans”, y traía en portada la foto de un entresijo. Decidí no leerla, y tomar otra mucho mas accesible que estaba sobre un sofá. Mi horóscopo decía que moriría esa semana, o la anterior, y que peor lo tendrían los sagitarios (a los que calificaba de “esos sucios desgraciados”). Fui pasando hoja tras hoja desinteresadamente hasta dar con una noticia que me impactó profundamente. Decía así:
“Morenita, cuerpo escultural, pechos de infarto, caderas de vértigo. Como vaya para allá te la mastico. Hotel y domicilio”.
Ya estaba marcando el teléfono entre aullidos cuando entró un hombre en la sala. Evidentemente, no era yo, así que dedique toda mi atención a tratar de descubrir quien podría ser. Llevaba un uniforme de policía, una gorra de policía y en el cinto llevaba una porra y una pistola. Mientras me ponía las esposas, empecé a sospechar que quizás fuese algún tipo de agente del orden, o similar. Algo parecido a un policía, pero con bigote. Y además pretendía llevárseme.
Del primer cabezazo le ablandé las muelas, y tirarme por la ventana era cosa hecha. A veces soy bastante torpe, y esposado mas. No fue difícil que me atropellasen. Yo puse bastante de mi parte.
Mientras me llevaban al hospital, entré en coma. A la sala de urgencia ya me ingresaron cadáver. Y el camillero me cepilló el reloj.
Me jode empezar así las semanas. En serio.
|