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[C:198832]

Renacer

Al alba de mi existir
rumorea la susodicha
balancea su cuerpo brujo
dejando su velo entredicho.

Locura de las noches
tristeza del insomnio
rogar del que no tiene
lamentar de chorros indomables
a la orilla de un cauce
de aguas detestables.

Grifos por doquier
aventura de un corsé,
dulzura de la nostalgia
pensamientos encerrados en un café.

Dominios inexplorados
dame un beso y lo recordamos
paisajes desconocidos
dame un abrazo y yo te lo pido
para así jugar y cantar
de vino reventar
para irme a tu cama a acostar.

Inspiraciones del padecer
risas de jarana
dolores de partos
que se oyen de otra manzana.

Escultor perfecto
navegante preso
de tus cabellos color estela
de los vientos de novela
en los mares sin tutela.

Déjame decirte
que en mis pensamientos
viven tus recuerdos y tus andares
de plaza en parque
de playa en casa
de amor y de sangre.

Para mi son todas
mis venturas
el vivir y el escribir
no hay mejor aventura
que dar rienda suelta
a la libertad desconocida
de conocerse uno mismo
como poeta, ladrón o suicida.

No dejes de pensar en mi
que mi mejor canción es para ti
que la luna es sombra si no estás
y el picaflor su rosa no encontrará.

Lo que escribo no es defecto
mi minuciosidad enfermiza
es el sentir de mi pecho
ese pecho como pizarra de tiza.

Surgimientos de mis rodillas
enaltecimientos de mi pubis
remodimientos en mi ombligo
pasiones y más pasiones
me hacen ver imposible el resto
si no estoy contigo.

Rondar por tu ventana
en una lluvia torrencial
para qué ahogar el deseo
para qué no mirar el mar.

Pasa conmigo a otra dimensión
y contemplemos la unión,
sé testigo conmigo de otras cosas
aparte de la diversión,
déjame entrar en tu mirada
y recorrer despacio tu silueta
ábreme las puertas de tu fecundidad
y renueva tu intimidad.

Siente lo bello de la vida
aunque te parezca una rareza
que no hay huella sin la naturaleza
y no hay un extraordinario sin la torpeza.

Recuérdame acercarme a ti
antes de no pensar en algo
que de amor me detengo
a pensar sin tener atajo
y a no tener caballo
para correr al destajo.

Nidos de números
almacenes de alegrías
rugires de colchones
de paz y de porfía.

Duendes de mentira
habitan este cuarto,
soy parte de mi propio temor
y ya no los comparto.

Ven aquí y aléjate de ese lugar
que para ser tuyo y mía
debes conocer mi pecho
y yo debo conocerte dentro
para que las ansias no se agoten
para que el sol se detenga
a mirar y curiosear
el ir y el venir
de dos cuerpos engalanados
a la luz de la fogosidad
al calor del contacto
y replantear desde la cama
hasta el último peso de aire
que hay en este cuarto.

Ven conmigo y defendamos
la insolencia de este volcán
que creamos al amar,
la absolutez de este cielo
que se hace de nuestro sudar,
la apacibilidad del mar
de nuestros cabellos enredados,
entrelazados de tanto amar.

Soy tú y soy yo
dos estrellas en un mismo punto,
dos partes de un todo,
dos ríos caudalosos de ceguera
inmensos de placer carnal
y pletóricos de soñar.

Sube esta noche conmigo
y darás al mundo una vuelta
te humedecerás el rostro de poemas
y de nieblas,
ya no sé lo que es real
si es el sufrir o el penar
lo que me hace a ti amar
y pensar, soñar y escuchar
a cada instante, a cada rato
luego de cada comida
y al levantarme
puedes ser tú y tu ser
o puedo ser yo
y mis ansias de contigo beber
contradicciones y paradojas
langostinos o un par de ostras
agua en las montañas o paz en la costa.

Déjame ser el autor de tus ojeras
déjame ser el pintor de tus mejillas
que yo dejaré que seas
la dulzura de mis sonrisas.

Hagamos enojar a la muerte
amándonos a todas horas,
reclamando por ausencias
o haciendo algunas demoras.

Caminemos de la mano
por caminos deletreados
por senderos no iluminados
de caminar enamorados,
que yo no quiero vivir
si no he de transgredir
si no he de lucir
mi humana intimidad,
de seducciones y de sombras,
de pecho y de congestión,
de corazones rotos
y de penar intimidantes.

Ruego a quién sea
el milagro de renacer
cada día como el viento,
que en la paz de la noche
duerme un sueño repensado
y al despertar la mañana
retuerce y retumba
la alegría y la penumbra
de este pecho y de su corazón
con su latir y su desazón.

Texto agregado el 19-04-2006, y leído por 124 visitantes. (0 votos)


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