Hoy les escribo a ustedes, amigos de los cuentos. Gracias a una persona que amo, y mucho, los descubrí.
Mi fascinación fue tal que esto comenzó a ser una costumbre diaria que no puedo saltear. Antes de dormir me pego una vuelta para ver quién me visitó, o al comenzar el día me desayuno visitando yo a alguno de ustedes.
Creo que lo que me atrapó de todo esto, más allá de escribir lo que el corazón me va dictando, es el hecho de leernos unos a otros, y dejarnos comentarios y charlar como si nos conociéramos de toda la vida, aunque esto último no es así.
Intercambio de emociones, de ficciones y realidades; esa es la magia de este sitio, nos conocemos a través de nuestros escritos. Nuestras palabras y nuestros sentimientos plasmados en un monitor, teclados que nos entrelazan infinitamente.
Y aún así, podemos cruzarnos en cualquier esquina de algún lugar y no darnos cuenta de que a ésa persona que pasó apurada delante nuestro acabamos de dejarle nuestras estrellas.