Érase una vez, en una localidad alejada del reino, un joven agradable, valiente y romántico, aquel trovador, bohemio y soñador, enamorado de la vida y de su familia. Dicho joven un día se le ocurrió alejarse de su aldea, caminar a buscar otras opciones de vida, a probar diferentes cosas, vaya. Resulta que llegó a los altos muros del castillo del Rey, clamó le dejaran entrar, pero nadie respondía...
Intentó una y otra vez, gritaba, le dolía la garganta, y nada pasaba, desde las almenas lo observaban los arqueros y los guardias, pero nadie le quería hacer caso, y sucedió que sin pensarlo más, se alejó, dio media vuelta y comenzó a correr con todas sus fuerzas hacia el castillo, a unos diez metros de la puerta saltó y nunca cayó, se convirtió en un ave, de bello canto, gran colorido y con las alas mas bellas que un ave pudiese portar, se sorprendió y se quiso oclultar, buscó un lugar donde descender y lo hizo en un plano dentro del castillo. Se sorprendió de ver cuan grande era el lugar, cuantas personas vivían, pensó en su familia, abrió las alas, y despegó. Su sorpresa fue grande al ver que una mano lo tomaba del cuerpo, no lo dejaban ir, ¿qué sucedía?
Un joven agradable, valiente y romántico, aquel trovador bohemio y soñador, enamorado de una doncella, se hizo del ave para obsequiarle aquel ave de bello canto, gran colorido y con las alas mas bellas que un ave pudiese portar... y sigue allí, dentro de su jaula, entonando una canción desesperada, la mas bella de todas... pero nadie lo quiere oir, ni los arqueros en las almenas ni su bella doncella...
- Stojkovic |